Explosión.
La virginidad se contrae y envejece en un solo día.
La carne se vuelve negra y verde, con grumos y amarillenta.
Se pudre.
Los labios secos se desboronan como castillos de arena;
la boca sólo escupe tierra primitiva.
Ya no existen las palabras de amor. Jamás habrá salvación ni consuelo.
El infierno cobro vida y el cielo negó sus puertas de cristal.
¿Dónde se escurrió la esperanza?
¿Dónde quedaron los días en los que tenías colmillos para devorar el mundo?
Ya no existe el día; la noche lo consumió todo en un hambre desmedida.
Sólo las cenizas sobraron por un instante,
queriendo revivir con su fingido vestido de fénix.
- La estúpida se puso una tramoya de flores-.
No hay más caminos que puedas recorrer mientras no te quites la lanza de oro que el cuarto ángel te clavo al final del amanecer.
- También te amo-…