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domingo, 13 de diciembre de 2009

ave_fenix2naranmjoscu

Un gran flash desapareció e hizo poder apreciar la fresca tarde de otoño que rondaba por las calles empedradas de la gran ciudad. Los árboles eran golpeados delicadamente por ese tibio viento que te decía “pronto llegará el frío…”. El cielo mostraba un color azul muy suave y espolvoreado con retazos de nubes blancas; bajo de ellas la gente aprecia tranquila disfrutando del fin de semana.

CAP 8. Oh recuerdos,

dulces recuerdos…

En una pequeña mesa de metal había un par de vasos y una rebanada de pastel a medio comer; en una de sus sillas estaba una chaqueta negra de piel puesta en el respaldo y en el asiento un estuche de una cámara ostentosa. Las pequeñas silenciosas y palabras se iban haciendo más resonantes. - ¡Es enserio!… ¿Cuándo me creerás, Carlos?- la voz de un chico se expandía por la mesa con un tono de risa; el chico miraba planamente a Carlos mientras este sostenía una vaso de té. Había sido un verano muy aturdido para él: haber comprado su cámara, la muerte de su madre, y algunos cuantos “monstruosos” problemas con la familia le hicieron vagar unos días por las calles dejando en ellas sus complicaciones y respirando el aire fresco y cálido del mes; también asistió a unas fiestas y unas salidas a bares con sus amigos que, intentaban sacarlo de su enclaustrada mente; la verdad es que no recordaba el día que conoció por primera vez a Ramiel.

- Recuérdamelo por favor… me es sorprendente que yo no pueda hacerlo…

Decía Carlos concentrándose en lo que Ramiel le decía; en definitiva para él le era sorprendente haberlo olvidado ya que él siempre presumía de tener una gran memoria retentiva para nombres, situaciones, eventos y por supuesto, para recordar chicos tan atractivos como él.

La verdad no entiendo cómo podría olvidar a alguien como él… es como si hubiera salido de una telenovela, sus grandes ojos castaños, su cabello negro y brillante… su… sus grandes brazos.

Carlos alejó esos pensamientos y se concentro en lo que él le comenzaba a relatar que para cuando regreso a la vida real el relato ya había comenzado…

… Aquella tarde soleada caminaba hacia la casa de un empleado para dejar un montón de documentos que el había olvidado; la gente entrecerraba la mirada para tratar de soportar los rayos del sol…. Y entre ese montón de gente que pasaba en contra mía estabas tú… sí, tú… con la mirada perdida y tratando de no tropezarte contigo mismo. Siempre tonto, siempre descuidado y solo… siempre tú de la misma forma en la que te veo ahora… rebelde e indefenso… indefenso.

- ¿Y ése era yo?- Preguntó Carlos mientras bebía de su vaso y no dejaba de admirar el atractivo rostro de Ramiel. Su larga sonrisa le hacía parecer un niño y sus rasgos tan varoniles le daban un toque de ser un chico muy feliz y rodeado por gente bella. - ¡Si! ¿No lo recuerdas?...- repuso Ramiel – Si, lo recuerdo; era un cartel sobre una exhibición de pinturas de una galería cerca de ahí… pero… a ti… no logro recordarte.

Ramiel reclino su cuerpo en el respaldo de su silla y bufó suavemente; un pequeño silencio se dejó hacer en la mesa mientras que Carlos lo seguía mirando con cara escéptica. – Bueno pues si tú dices que ahí me conociste, te creo- contestó Carlos al silencio. Ramiel cruzo los brazos como si estuviera enojado, pero su rostro se mostraba muy feliz y reteniendo una sonrisa. – En realidad esa misma noche platiqué contigo en un bar… solo un par de palabras y ahora me topo contigo en el mismo lugar y más sorprendido que nunca. Carlos soltó una carcajada y entre ella se puedo oír - ¡Aun así no lo recuerdo! Los dos terminaron la conversación con grandes carcajadas.

… ¿Cómo tratar de recordar todo lo que paso después de ese día, con meticulosa exactitud? No creo que alguien pueda hacerlo… excepto yo. Cada día era tan maravilloso que parecían días en el espacio. Ramiel se pegó a mí vida y yo a la de él, fuimos más que amigos y más que humanos en el mundo; conocía el Carlos de sus manos y el olor de su piel al despertar; sabía lo que odiaba y lo que le gustaba. Sabía bien lo que él quería y lo que buscaba… pero… ¿Yo tenía lo que quería?

… Dzahuindanda entro por debajo de la puerta para meterse de golpe en “nuestra” cama; Ramiel dio un brinco al verlo de repente y dijo – Éste me va a amatar de un susto un día de estos. Carlos rió mientras seguía agazapado en su pecho; eran tres en un pequeño colchón donde Dzahuindanda dormía profundamente en una esquina y Ramiel acurrucando el cuerpo de Carlos… y una tenue luz entraba sobre ellos, como siempre había entrado y que nunca faltaba a su cita con la cortina. – Mañana en la tarde volver a salir por unos días… - Carlos alzó las cejas y contestó suavemente aun con los ojos cerrados – Está bien… ¿Aún no me dirás para qué?- Ramiel suspiro dentro de sí mismo y abrazo mas fuerte a Carlos que aprecia su peluche – no es necesario… regresaré y ese es el punto…-

Sin embargo nunca regresó… ¿Porqué? Nunca lo dijo ¿A dónde fue? Nunca se sabrá ¿Por qué lo dejo solo? Lo Dios sabe por qué… solo Dios sabe por qué…

Carlos volvió a recordar aquellos momento que paso con la única persona que lo pudo querer tal como él era; volvió a sentir por un instante aquel Carlos que el daban esos brazos… volvió de nuevo a oler el aroma de una cálida piel rosando su piel y a sentir el latir de su corazón como si estuviera cerca de él… quizás bajo de la cama blanca, sobre la mesa de metal frio… o tal vez detrás del espejo que cubría toda su pared. Después, recordó cuando él se había ido, cuando no había regresado y había roto su promesa de amarlo eternamente – Lo habías jurado… maldito… me lo habías jurado… - Rasguñó el colchón de hule suave y regresó al momento en el que él estaba. ¿Dónde estoy? ¿Qué es todo esto? ¿Por qué?. La voz de algún lugar del techo se negaba a contestar… Ramiel era su nombre. El nombre que Carlos había recordado antes de volver a recordar.

… Detrás del espejo había comenzado una nueva tarea. Arreglar las visitas, alimentar a los demás huéspedes, buscar una manera de que no se corrompiera, tratar de encontrar una razón para la búsqueda de la razón. Ramiel miraba sentado con sus gafas negras; de “esos” el era el único que vestía de negro y resultaba más humano que ellos, los que decían ser perfectos… - Pobres perfectos.

continuara negro2

martes, 1 de diciembre de 2009

cap07 pro01

Noticia en un periódico antiguo.

… Después de de un gran esfuerzo por salvar sus vidas; muere la última víctima del choque de hace unos días… declaraciones de los servicios médicos informan que el joven permaneció más de 3 horas bajo de el autobús aún con vida y después murió desangrado en la ambulancia… su cuerpo fue cremado horas después y su familia colocó una lápida en su honor en el cementerio de la ciudad… no hubo mas cuerpos que sepultar después, las llamas consumieron todo… 25 años de edad… hijo del dueño de una gran empresa… no se sabe de ninguna esposa o hijos…

El Pájaro De Fuego

Capítulo VII.

Unas Cuantas Notas

Sin Título.

Y Una Dedicatoria A

Quien Dejo De

Existir…

29 de octubre de 2012… - quizás más de 400 años después…

… 28 de septiembre del año en curso… noticia en el periódico mundial.

… La estación INFIERNO 1 está por un invierno muy crudo; durante los siguientes 8 meses vivirán los empleados en la estación – no es muy importante para ellos dejar de ver a sus familias… más de la mitad de ellos han nacido en ese lugar, el otro tanto no son más que utensilios de trabajo.

… En aquel complejo existe todo un mundo: cocinas, habitaciones, pequeños parques donde relajarse donde la mayoría del tiempo (o casi nunca) no hay nadie, para los empleados. En los niveles de investigación hay desde laboratorios sofisticados, campos de pruebas, simuladores de vida; y en la planta más alta la zona denominada por los empleados como la “ZMRRPC” (todas estas palabras claro, de una forma que se pueda leer)… la “Zona de Muerte, Reanimación, Reconstrucción, Preservación o Cautiverio”. Es la zona más importante de este complejo, donde gran parte de nuestro pasado vive…

En una de las habitaciones de preservación:

Día 15

… Después de tantos días creo que al fin me eh acostumbrado a esto; No me percate asta ahora, que la estática va en aumento y le he pedido a la voz arriba de mi cabeza la cual eh nombrado con el nombre de Ramiel que mandara a uno de “esos” para que revisara mis odios.

- Tus oídos están bien Carlos

- … ¿Enserio?

- Así es.

- Gracias Mimi

Después de que nombre a todos, la voz me pregunto muy asombrada el porque le había puesto nombres a cada uno de los que en este momento yo conocía y el porque ese nombre a él mismo. – Desde joven me acostumbre a nombrar a las cosas que me rodeaban: mis mascotas, mis artículos favoritos… ya que no tenían hombres que yo pudiera pronunciar decido ha ser esto; y en realidad no había alguna razón especial por la cual yo le nombrara Ramiel a aquella voz; solo es un nombre que me llego desde que la oí… el de un ángel… el trueno… el trueno de Dios…

La estática rezumbaba más y más fuerte; era desesperante tener que ver la habitación blanca y pura con el único sonido de la estática – como si hubiera un gran refrigerador. ..

Día 20

… Nunca fui un chico ubicado para dimensionar el norte, el sur, el este y el oeste pero, algo me decía que este lugar estaba muy raro, me sentía de cabeza, de otro lado, en otro extremo que no es ni el norte ni el sur…

Día 22

… Tengo tantas ganas de masturbarme ja ja ja creo que al fin pude despertar al 100 y sentirme lo más resignado de estar aquí… pero creo que ellos leen mis pensamientos; es difícil no tratar de pensar lo que escribo para mantener al menos algo privado – creo que hay cientos de ojos que me miran. Ese “beat” ocasional de lo demuestra…

Día 25

De nuevo otra revisión de Mimi, José y Mark; Mimi tiende preguntarme cosas triviales sobre mi semana o el día – ¿Qué le puedo contar que no sepan ellos?... en realidad no hago mucho y es raro que no me aburra. José se limita a solo peguntar cosas dependiendo de las revisiones que me hagan… y Mark… Mark solo esta ahí parado; supongo que sabe que sus cuatro brazos aun me siguen asustando…

Día 30

Me dieron una pelota roja de algo como goma y un par de libros que leer… - tengo una sensación de haber olvidado algo hace unos días… Ramiel como casi todos los días lee algo desde un libro… creo que algo de el…

Como si miles de zancudos se acercaran a el, la estática comenzó de nuevo a crecer y los zumbidos hicieron que Carlos abriera los ojos de un chispazo – Buenos días Carlos ¿Qué tal dormiste?- pregunto Ramiel como siempre desde lo alto – Sin soñar nada… como siempre- repuso Carlos mientras se sentaba en la cama y bostezaba. Se llevo las manos a la cara para acariciarla y retirar la chinguina de sus ojos negros. – ¿Cuándo me daré un baño? Llevo días aquí y creo que mi cuerpo comienza a pudrirse… - Ramiel soltó una carcajada y después se callo por un rato. – Ésta es la segunda vez que me haces reír Carlos… debo de agradecértelo… por lo del baño, te vuelvo a repetir que ya no es necesario que lo hagas, la habitación limpia todo lo que existe dentro de si misma; incluyéndote a ti. Dijo de nuevo desde lo alto.

- Pero me quitas la satisfacción de poder sentir el agua caliente sobre de mí…

- … lo siento mucho…

- Pero tuno sientes nada…

- Es verdad… siento no sentirlo.

Sobre la mesa de acero estaba el vaso de leche y las galletas ocultando detrás de ellas la cápsula de gel. Carlos se cubrió los oídos al sentir como después de la carcajada de Ramiel la estática aumentaba. Lanzo un gran suspiro y dijo – Bueno… si no me matan quizás me hagan sentir dolor… y se sentó en la mesa y comenzó a comer las galletas y beber la leche.

Una voz detrás del espejo dijo sorprendida:

- Señor… Se-señor RK… las esta comiendo

- Perfecto.

- Tal parece que hemos dado un gran avance conforme a su estancia y adaptación a la “caja de contención”

- Si… se ha acostumbrado… siempre a sido un chico muy difícil.

Ramiel pareció sonreír de un lado mientras observaba con sus gafas oscuras detrás del gran espejo- Ese chico… siempre fue… siempre has tenido que ser…- susurro mientras un par de “esos” tomaban notas y fotografías a la sonrisa de Ramiel.

- Hoy ¿Hoy no me leerás nada?

- ¿Qué te hace pensar que leo?

- No lo sé… no creo que platiques o que me recites… además ¿Hoy es un día para celebrar no? Dijo Carlos mientras alzaba una galleta.

Hacia un par de días que Ramiel había dejado de leer, justo cuando Carlos había olvidado lo que un día antes le había leído. Ramiel saco el libro de tembloroso busco el capitulo siguiente, pero regreso a las primeras hojas

- Vamos… léeme.

- Bien.

… dedicado a alguien que dejo de existir…

Ramiel comenzó a leer la dedicatoria del libro mientras que Carlos frunció el ceño en señal de atención. - … dedicado a alguien que dejo de existir en este mundo que para mí se esta pudriendo. Donde quiera que estés no dejes de visitarme por favor- Carlos abrió la boca sorprendido mientras Ramiel lanzaba otra sonrisa un poco más irónica.

- Editorial Bengala

- … editorial ¿Bengala?- Carlos repetía casi al mismo tiempo que lo decía Ramiel

- De…

- De...

- CG…

- … (su rostro comenzó a ponerse pálido y macabramente sorprendido)

- “El pájaro…”

- De Carlos González… “El pájaro de fuego… ”

Uno de ellos dijo alarmadamente - ¡Señor KR! … lo ha… lo ha recordado… frente a ellos Carlos miraba sin parar las paredes… los recuerdos de aquellas historias que Ramiel leía regresaban a su cabeza y se posaban en el recuerdo exacto; su vida, su pasado, su dolor, su historia, todo lo que Carlos en algún momento había vivido y había olvidado caída como un cubetazo de agua sobre de él. Ramiel había estado leyendo desde el inicio el libro que Carlos había escrito antes de morir.

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martes, 10 de noviembre de 2009

cap 6

Donde quiera que estuvieras ya no estabas para mí… y… y… la verdad como me duele eso…

Vengo aquí ante tu lápida a dedicarte un par de lágrimas - ¿Por qué? Ya no estás donde deberías de estar; y yo, me hundo en silencio ante ti con mis lágrimas. Un sonido como si algo pesado cayera en un hondo pozo; trato de nadar y escapar de mi dolor, pero éste es como agua estancada; pesada, fría, oscura que no me deja salir - ¡Me ahogo! Peleo contra una paciente agua cruda y doy sorbos de aire para mantenerme a flote aquí.

El Pájaro De Fuego

Capítulo

6 “Proyecto “R”

Parte 1”

- ¿Por qué ya no estás donde debes de estar?

El cementerio se volvió un gran paraje solitario donde solo tu nombre estaba grabado y encima de nosotros dos, un gran árbol veraniego; sus hojas calidad y quemadas se desmayaban un tras otra sobre de tu cuerpo – sobre de tu caja… tu casa. Ya no existías más; te habías apagado como una luz en el cielo; ¿Qué había sido de ti? ¿Qué fue? ¿Qué será…? ¿Qué será?

Sí, lloré, lloré como nunca he llorado; me castigué, me revolqué, me deshice una y otra vez, tras de mi rostro seco, pálido y casi – como tu – muerto ¿A dónde iré ahora que tú no estás conmigo?... ¡Dime... dime! ¿Qué será de mi ahora que estas donde no estoy? Tenía que regalarte, que gritarte; tenía tantas ganas de golpearte y de abrazarte diciéndote lo tonto que habías sido; lo estúpido, lo solo que me habías dejado; pero tú no lo sabías, ya no estabas para sostenerme; para evadir mi golpe, ni para abrazarme cuando yo te abrazara; no eras más que nada, más que nada eras un recuerdo… eras eso, nada y un recuerdo, todo para mí y un recuerdo ¿Por qué…?

¿Por qué tener que llorarte aun después de muerto; si yo jamás lloré cuando estabas vivo? Mis pensamientos eran ecos en este sitio abandonado por la vida; un color grisáceo no dejaba que ningún color se acercara; y las flores pausadas. El día era opaco, nublado o que se yo; era tan triste como yo ¿Qué más te pudo decir si no me estas escuchando? ¿Quién me puede asegurar que hay vida después de la muerte? Mis guantes de cuero apretaban la tierra donde dormías – o donde morías una tratando de salir de ahí. ¿Y si aun sigues vivo? En mi arrebato de desesperación comencé a escarbar como loco con mis guantes -¿Dónde… donde? No estabas, solo tierra tras tierra; nada tras nada; y me detuve, lloré de nuevo mi impotencia y mi desesperación; como esas veces que lloraba y aparecías tu para aliviarme con uno de tus besos – pero hoy ya no apareciste. Y entendí la razón de que habías muerto, que ya no estabas vivo y que nunca regresarás… que nunca volveré a verte – ni reír, ni llorar, ni dormir, ni comer, ni estar ahí… susurre mientras mis lágrimas entraban por mi boca; tanto es el dolor que acoge mi pecho que siento como si fuera a explotar de el ¡Por qué ya no estás donde deberías estar?! Mis manos te gritaban y te gritaban y dentro de ellas te rogaban con palabras altas que no te fueras; que regresaras de donde estuvieras; que renunciaras a la vida eterna y estuvieras aquí conmigo para volvernos a morir los dos…

… para morirnos juntos y vivir la eternidad los dos; juntos, no separados el uno del otro…

Donde quiera que estuvieras ya no estabas para mí… y… y… la verdad como me duele eso…

Apenas unos días te vi salir de casa – como siempre a las 5:00 pm. Y verte regresar más tarde – como siempre. Siempre era así, nunca faltaban esas dos cosas: irte y regresar; recuerdo que me mandaste un beso desde fuera; yo aun tenía en mis manos parte de la fruta que compraste ¿Y qué hice yo? Mis dientes estaban a punto de romperse - ¿Qué hice yo? Solo sonreí… solo sonreí… ¿Quien me iba decir que para cuando pensara de nuevo en ti tu estarías muerto? Debo haberte dado un besos más… un beso mas en tus labios y dejarte ir… ¿Qué más podía hacer si no sabíamos lo que nos pasaría? Le seguía hablando a la tierra. ¿Qué-qué podía yo hacer…? Yo no… yo no… ¿Por qué no puedo justificar mi error?

- ¿Qué error?

- Pues… yo… no hice nada antes de que él se fuera

- ¿Y es tu error?

- Yo… yo solo…

- ¿Hasta cuándo dejarás de tratar de hablar cuando aun sigues llorado amargamente?

- ¿Dime que es lo que debo hacer?

- Llorar y después hablar

Dzahuindanda estaba detrás de mi mirándome fijamente; que esperaba a que terminara de hacer lo que estaba haciendo. ..

Si en verdad existiera Dios ¿No debió haberme dicho algo antes? ¿Por qué tuvo que alejarme de ti si eras lo único que me hacía en verdad feliz? La tierra húmeda de lágrimas no me decía nada - ¡Por qué no me respondes!- gritaba y golpeaba tu tumba una y otra vez, en espera de una respuesta – no importase de quien - ¿¡Por qué ya no estás donde deberías estar!? Me cubrí la cara llena de dolor con mis manos llenas de lo que quedaba de ti, y solo mis alaridos eran el viento que bailaba sobre los dos… - ¡No… no… tu no… !

KL continuaba leyendo a Carlos; cada palabra que el decía pasaba por el micrófono asía el.

Carlos mirada la nada sentado en la silla de metal; un frío intenso y casi insoportable comenzó a brotar desde su espalda y lo invadió tan rápido que parecía un cubo de hielo; su mirada parecía como si fuese a llorar ¿de que… porque? Las palabras, palabras que él decía, el mismo (KL) parecía como si estuviese a punto de llorar – pero ya no puedo. Se susurraba detrás de sus lentes negros…

… palabras; palabras que me decía y le decía, cosas que parecían recuerdos, pero no eran; que si eran pero no sabía lo que eran. Ni cuando, ni como, ni quien fue… ¿Quién murió? ¿Dónde? ¿Porque?.... palabras… y solo me queda desmoronarme sobre la silla y llorar el dolor del autor…

continuara negro2

jueves, 5 de noviembre de 2009

El Pájaro De Fuego Cap 5 " Dime tú ¿Qué te hace feliz?... "

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Eran de metal, de tela sintética, de una cosa extraña que mis ojos nunca habían visto – eran horriblemente estilizados; esas criaturas fantásticas de las películas de eras futuras. “Hombres astronautas” era lo único que me llegaba a la cabeza; la leche se derramaba sombre mi y goteaba con un eco reluciente que chocaba con sus cuerpos “deformes”.

- … (estática)… (estática)

Sus grandes visores negros en forma de ojos enormes o de letra “V” me observaban pacientemente desde unos metros donde yo seguía en el suelo – llevan ahí 2 minutos sin moverse. Pensé mientras no le apartaba la vista a sus visores ni a esa enorme vara delgada que uno de ellos sostenía con uno de sus cuatro brazos. Hubo un sonido intermitente, el más pequeño de “esos” alzo su mano al pie de su pecho y miro su palma; cuando entonces comenzó de nuevo al estática – ruidosa y molesta… muy molesta. Era como si la estática emanara de ellos, como enormes televisores o refrigeradores vivos.

- … yo… que-quee

Las palabras no nacían de mí - ¿Qué podía preguntar? “eso” de cuatro brazos y “eso” de estatura media y cintura delgada se apartaron cada uno a sus esquinas dejando pasar al tercero que vestía de una manera ligeramente distinta: era un ser más grande que el pequeño, pero no tan grande que el de cuatro brazos; cargaba un par de hombreas oscuras que se distinguían muy fuerte en su traje (o piel) blanco, reluciente como plástico, y en medio de su pecho un la letra “V” en forma muy estilizada. “Esto” se acerco haciendo la estática más resonante en la habitación hasta que el presionó su muñeca un par de veces y…

Vamos háblame, dime algo… lo que sea que te llegue en este momento. Miraba tu rostro mientras dormías sobre la cama.

- ¿Qué esperas?

-

El sonido de los golpes de teclado resonaban en las paredes del estudio; Dzahuindanda dormía con él acurrucado en sus piernas mientras que yo no dejaba de derramar mi cerebro en el teclado - … ¿Cómo es que sigues aquí si no estás aquí?...

Te miraba a una distancia, yo, sentado en mis escritorio, decías que podías sentir cuando te miraba recostado en la cama; cuando los rayos del sol que atravesaban la ligera cortinita de aquella ventana frente a la cama, chocaban en tu piel, dándote más brillo – iluminabas todo el cuarto y toda mi cara… mi aura era tu luz. Vaciaba grandes suspiros en tu mirada y colmaba de sonrisas sin sonido toda tu piel - ¡Ah! Que cálida llegaba a ser, tanto que se derretía en mis muslos cuando te tocabas con ella.

Dzahuindanda se despertó, bostezo y me dijo en una voz somnolienta – Oye, tengo hambre.

- Si…

Coloque un plato de comida y lo veía comer poco a poco, como si cuidara que alguien no se la arrebatara -¿Se quedara todo el día?- me dijo mientras masticaba. Yo me volví a la cama a verlo de nuevo; puse mis manos en mi cintura y suspire profundo…

- Él no se quiere ir y yo pues…

- Está bien… está bien.

Dzahuindanda regreso a la cama y yo me volví a sumergir en mi maravillosa fantasía “la enorme fantasía de verte dormir sobre de mi cama…”

Carlos se sorprendió al escuchar su voz; era la segunda voz y la primera con un cuerpo que, miraba después de despertar. Lo miro atentamente, con miedo, curiosidad y confusión.

- Dije, buenos días Carlos.

- Buenos días… señor.

- Bien, comencemos…

Su voz era extraña, como si fuese una grabación, como si tuviera un micrófono en vez de cuerdas bucales; no mostraba ningún movimiento en su “casco”… no mostraba nada… nada.

La voz de nuevo aprecio dijo:

- Ellos son técnicos de este lugar… te harán unos análisis, por favor no te resistas, no te haremos nada.

- ¿Por qué?

- Es necesario

- ¿Para qué?

- Para saber si estás bien.

- ¿Para qué?

- Para continuar con esto

- ¿Con cuál?

- Aun no lo puedes saber

- ¿Por qué?

- …

“Él” se acerco a mi lentamente extendiendo su mano para levantarme – Te hablaré de porque mi voz suena a si, ven, siéntate.

Nuestro mundo – no el tuyo. Es distinto y más extraño de lo que tú te imaginas, tu cerebro por más que intente, no lograría entender el hecho de este lugar, de este sitio, de este momento y de nosotros. Ya no somos humanos, cruzamos ese nivel primitivo; formamos una nueva especie de ser; mas que un primate, más que un humano, más de lo que te llegaras a imaginar; no carecemos, solo no nos es necesarias las cuerdas vocales como las que tienes tu; nuestro sistema es mas evolucionado, no necesitamos de tus antiguas palabras, sonidos, letras… ya no más.

Se acerca la voz de techo para agregar – Nuestro sistema de alfabeto tiene más de 500 palabras por así decirlo; nuevos sonidos que tu antiquísimo sistema humano no puede ni siquiera lograr simular; usamos nuestra tecnología para traducir nuestro lenguaje hacia el tuyo, es por eso que nos escuchas así. La criatura pequeña y delgada se acerco y dijo – Así es Carlos. Con una voz de mujer con un acento español. La voz en el techo dijo –ya que descendemos de los de ustedes y de sus razas antiguas, este dispositivo emula a la perfección lo que sería la lengua de origen nuestra; “ella” tiene su asentó en castellano; el que está cerca de ti habla perfectamente el latino; y el de el fondo solo inglés….-

- ¿Cómo se llaman?

Lamentablemente ni siquiera el dispositivo puede amular sus nombres; ya que son palabras que no logran coincidir con ninguna del alfabeto de Carlos. – Es imposible que logremos describir al menos nuestro nombre. …

El pájaro de fuego

Cap. 5

¿Qué te hace

feliz?

El sonido de loas pajarillos entraba por la muerta y la cortina; Dzahuindanda los mira muy pacientemente sentado a un lado del filo de piso; de bajo de él ( en el patio) subías las escaleras con una bolsa llena de fruta. - ¿Dónde estás? Siempre preguntabas cuando sabias donde estaba yo exactamente. Todas las tardes de todos los sábados cuando salías a comprar uvas y naranjas, yo me sentaba en el pequeño cuarto que construí arriba – Ahí en el escritorio donde está la máquina de coser. Y cosía mis trabajos, remendaba tus calcetines rotos y cosía almohadas.

Pensaba - ¿Cómo llegamos a tanto? Mientras mis dedos maniobraban tus calcetines; la aguja pasaba de afuera a adentro; punto a punto; - Creo que ya son muchos- me dijiste al subir las escaleras de metal que daban al pequeño cuarto de madera; tomaste una silla y te sentaste al revés en ella.

- ¡Ah! No sé como llegas a maltratar tantos calcetines

- No losé… (sonreías)

… todo, absolutamente todo lo que hacía, decía cuando estabas conmigo era porque querías que lo hiciera; no había otra razón ¿O sí? Si me decías que caminara, caminábamos, si me decías que saliéramos a cenar, íbamos al lugar que más te gustara; ¿Por qué no me importaba? ¿En dónde estaba mi vida?

Esa vez; que te sentaste a un lado mío, me abrazaste y me quitaste el hilo de las manos - ¿A dónde iremos hoy?- me preguntaste mientras olías mi cabello – Donde tú quieras… lo que sea está bien- te respondí mientras cerraba los ojos y disfrutaba el sonido de tu nariz…

… el sonido de tu nariz; respirabas y olías; olías y aspirabas; y yo, yo me dejaba respirar. Me preguntaste algo; eso que nunca habías preguntado; algo que nuca paso por mi mente hasta ese momento. Me dijiste mientras aun me respirabas - ¿Qué te hace feliz? Comenzaste a platicarme que cada cosa que hacíamos era de ti, por ti ¿Qué había de mi? ¿Qué me gustaba? ¿Qué era lo que yo quería?

Prefería yo, recostarme y dormir por un buen rato, o ver comer a Dzahui, o jugar un par de cartas, o simplemente ver el televisor; no había en mi algo importante por hacer; todo lo que hacía eran tan trivial que me daba pena incluso pensarlo – No, sé que hay mas … dime.

No sé, quizás salir a tomar fotografías, y a un lugar desconocido e invadirlo con preguntas y curiosidades - ¡Y muchas fotos…! Podría quedarme paciente a ver una buena puesta de sol; pero de nuevo pensé que era tonto. Me quitaste el brazo, te levantas y me dite un beso en la frente – Baja, prepararemos algo de comer…- y te fuiste. La última vez que te vi sonreír…

… su mirada temblaba y sobre ella lagrimas secas estaban; su boca ya no podía estar más tiempo abierta, pero aun así esta forzada; una mano, un guante blanco estaba cerca de él. RK miraba atento detrás del espejo.

- A sido introducida la vara rastreadora al cuerpo del sujeto señor.

- … ¿Lo están lastimando?

- Los sensores indican que no, solo está asustado e incomodo.

- Perfecto.

El sujeto de las grandes hombreras habían atravesado a Carlos con esa vara negra;: entrando por la boca y llegando casi al recto. Carlos temblaba de miedo mientras escuchaba la voz distorsionada de “esa” que decía – tranquilo, mientras ella solo miraba desde sus lentes oscuros.

En cuestión de segundos la vara se hizo diminuta y salió de golpe del cuerpo de Carlos, asiéndolo toser. “Eso” revisó su muñeca y se levantó acariciando fríamente la cabeza de Carlos – Eso es todo por ahora, gracias. Y se marcharon sin siquiera hacer ruido al caminar.

- Gracias Carlos, gracias por cooperar con ellos.

- … ¿Por qué?

- ¿De nuevo?

Carlos miró el espejo mientras se asobaba el garganta, miraba fijamente con una mirada muy fría y molesta – Dímelo…- le decía al espejo. KR pregunto si Carlos podía ver detrás del espejos pues, sus miradas se cruzaban exactamente. – No señor… no puedes es solo una coincidencia, hay una escala de 0.2 de 3.000.000.000 que sus miradas coincidan señor. Carlos la mantuvo ahí, desnudando a RK; - Dímelo… ¿Esto te hace feliz? - RK trago saliva, apretó su libro y respondió irónicamente.

- Dime tú ¿Qué te hace feliz?

- …

“… y a veces cuando cierras los ojos vez el lugar donde naciste… “

jueves, 22 de octubre de 2009

Capítulo 4 “Las naranjas en el cielo y los días que pasan sin verlos”

cap4

Día uno:

Después de despertar en este lugar; después de tratar de entender miles de veces lo que aquella voz me dice; después de… después de ver mi rostro de nuevo en un espejo al fin puedo dejar de buscar una escapatoria. Cansado y resignado a creer esto, deduzco por mí mismo que estoy muerto. - ¡No lo estas… reviviste! Dice e insiste la voz que suena en un micrófono en el techo, detrás de mí, frente, del espejo. Acaricio el espejo para sentir mis manos – Mira mis labios que tan quebrados quedaron. Me decía a mi mismo mirándome aun en el espejo.

Me regalaron una libreta y un lapicero – que raros, no son la clase de papel que recordaba, ni la clase de plumas que usaba…-.

¿Cuál es la razón de seguir vivo? Si es que lo estoy, o ¿Cuál es mi siguiente tortura si estoy muerto? ¿Qué es este lugar tan cómodo? Mi mente se aturde al pensar esas cosas; trato de asimilar – 100, 200, no sé, quizás 300 años después de muerto y sigo vivo ¿Cómo? ¿Por qué?

- ¿Cómo?... ¿Por qué?...

- … (sonido de estática)

… Mi vida antes de muerto no fue tan satisfactoria más que mi vida después de muerto.

- Buenos días Carlos

- ¿Cómo puedo saber que es de día?

- Porque yo digo que es de día…

- … bien

Carlos rasguñaba la mesa de acero que tenia frente de él; - hoy estás más tranquilo ¿Podemos hablar? Decía la voz distorsionada. – Claro, de que quieres hablar… ¿de qué?

… Hablar de ti me vuelve loco – lo sabes… prácticamente soy un loco al hablar siempre de ti. Bajo de mi techo arrugado, sobre las nubes que suelo dibujar con mi lápiz, en el andén de un tren imaginario… donde sea; pensar en ti es un deleite magnifico que solo se puede comparar con verte.

Iba bajando por la calle – esa calle empedrada bonita con un montón de gente a mí alrededor. Como siempre: ausente del mundo accidentalmente tire mis libros; me agache para levantarlos y una mano apareció.

- ¡Qué gusto volver a verte! … Carlos

- … Si… ¿Quién eres tú?

- (Una preciosísima sonrisa) soy Ramiel…

Y mi vida comenzó a girar de nuevo, a moverse como un reloj con pila nueva - ¿Quién era? No lo sé; no recuerdo conocerlo, ni recuerdo su rostro tan lindo… - Bueno, espero volver a verte… Hasta pronto.

- … y se elevo al cielo infinito…

- Y bla bla bla… tu encontraste una nueva razón para seguir vivo… ¿Cierto?

- … si.

- Pero… esa razón no duro mucho… ¿Verdad?

- … si lo sabes ¿para qué lo preguntas? ¿No ves que estoy aquí?

- … si

Mi muerte no fue tan interesante; no fui arrollado, ni asesinado, ni mutilado ni mucho menos fui lo suficiente como para provocar un gran escándalo – no desde mi punto de vista… cuando estaba frío en el piso de mi habitación.

Día 2

Galletas hechas de un material extraño – parecen de pan y pedazos de chocolate. Un vaso de leche… o eso parecía; y una pequeña capsula de gel amarillo, del tamaño de de mi uña del dedo meñique. – Esta te dará los nutrientes que tu cuerpo necesita- decía la voz que siempre me parecía la misma pero extraña.

- ¿Cómo se que no es veneno?

- Porque para que queremos volver a matarte

- ¿Volver?

- … come.

Las mañanas – si es que podría llamarlas así; eran monótonas, simples, triviales hasta el momento. Una vaso de leche fría, un par de galletas sintéticas y una capsula amarilla, en esa mesa de metal brillante y helado como un tempano…

El Pájaro de Fuego Capítulo 4 "... ¿Qué es más lindo que ver crecer una naranja en el cielo?"

… como el tempano que flota y se va cayendo delicadamente frente de mi - ¡Ven corre! Me gritabas mientras te dirigías hacia la multitud de gente; tus ojos brillaban tan fuertes con esas hermosas luces que marchaban lentamente como hormigas luminosas en aquellos árboles del centro de la fría ciudad.

- ¡Por favor!

- ¡Oh! … No seas huraño

Me tomaste de la mano. Aun con ese par de guantes - ¡Como podía sentir el calor de tus manos! Ese cálido fulgor que emanabas desde tu pecho, pasando por tus guantes y saliendo como fuente en aquella bufanda blanca que te regalé; tu cabello corto brillaba como espejo, tu piel clara, cálida, tersa, tu sonrisa que derrumbaba cerros y barreras en mi corazón era más potente hoy – no sé porque vi ese tempano, quizás lo aluciné.

Jalándome me llevaste hasta el centro de la multitud; cubriste mis ojos con tus manos… te agachaste un poco y me susurraste con tu cálido aliento en mi odio.

- ¿Qué es más lindo que ver crecer una naranja en el cielo?

- … no lose dime tu… ¿Qué es más lindo que ver crecer una naranja en el cielo?

- Es… ver… crecer naranjas en el cielo…

Continua escribiendo sombre las hojas de papel.

La estática es más sonora; sospecho de algo que no sé; sospecho compulsivamente de algo que probablemente sucederá; ¿Cómo lo sé? No lo sé, pero creo que sucederá… no por nada me dieron esto para escribir…

- ¿Por qué?

- ¿Por qué… qué?

Volví a preguntar de nuevo a “él” que me miraba desde un lugar extraño y me respondía como Dios encima de mi cabeza – Aun no puedes saberlo… en realidad ni yo mismo estoy seguro del porque. Repetía con un tenue eco que producía la habitación. Mientras él seguía leyéndome al parecer esta historia que me sonaba conocida.

… la noche era fría y se vestía elegantemente con el vaho de la gente y con las luces de los focos enredados en todas partes. Era una dama luciendo su mejor vestido para la especial ocasión.

- Mira tú mismo…

-

Efectivamente tal como él me lo dijo; en ese inmenso y oscuro cielo comenzaron a crecer naranjas: verdes, rosas, rojas, amarillas, naranjas… el cielo se cubrió de ellas que, tiritaban cuando se expandían y desaparecían en un bostezo. Maravillado por el impacto no pude evitar dejar ir una sonrisa. Era no solo impactante ver esas naranjas en el cielo: cientos de luces desprendiéndose de un pequeño punto en forma de naranja… no, no era solo eso; era el hecho que tu estabas ahí, conmigo, ¡Conmigo! Abrazándome detrás, susurrándome lo mucho que me querías y lo grandioso que era para ti verme feliz a tu lado. – ¿Qué es más lindo que esto? Seguías diciéndome detrás de mí sosteniéndote en mis hombros y dejando que la gente viera tu blanca sonrisa. - El verlo contigo… susurré casi mudo para evitar que te rieras de mi; pues creía que jugabas a ser cariñoso. Más unos segundos después me dijiste con tu voz arriba de mi cabeza – algo más hermoso que esto… es el verlo contigo…

Una chica volteo avernos; tú la miraste y me abrasaste más, diciéndome mientras metías tu boca en mi cuello – Es tanto el frio aquí… vallamos por algo caliente, ¿Va? Y comenzaste a caminar mis pasos, justo detrás de mí, como si fueras mi sombra; la gente oscura nos miraba y se derretía en confusión y desagrado… yo… yo no pensaba que debía pensar. Solo cerré un segundo mis ojos y lo disfruté.

Aquella noche fría y luminosa eras tú el que me quería y yo el que (por fin apestaba) quería… dejamos el tieso piso y nos fuimos detrás de aquellas naranjas en el cielo…

Día 3

Aun no logro adivinar cómo es que me da tanto sueño en un segundo y caigo dormido sin pensar en más, sin soñar nada… y despierto acojinado en la cama blanca. Las galletas y la leche fría están siempre ahí, esperando a que hoy las coma… y esa capsula amarilla que no huele a nada, casi no pesa nada y esa estática.

- Buenos días Carlos

- … buenos días

- ¿Hoy tampoco comerás nada verdad?

- No… no lo haré.

A cada minuto me sentía más cansado, más débil – Quizás deba de comer eso que está en la mesa… o quizás no… da igual si “muero de nuevo”… no hay una razón para hacerlo; no para mi ¿Cuál es el caso de comer si lo mas probable es que este muerto?

- Perfecto… Carlos, quiero que conozcas a unas personas

- ¿Pe-personas?

- … solo… no te asustes.

Detrás de mi se abrió la puerta de metal, dejando entrar a tres criaturas como hombres del espacio… una tenía cuatro brazos blancos…

Carlos cayó al suelo desmayado, derramando el vaso de leche en la mesa de metal. Su cuerpo estaba en el suelo, húmedo por el goteado de la leche.

continuara negro2

jueves, 8 de octubre de 2009

.... Podría decir que...

... no necesito de muchas palabras para decir una cosa tan grande y generosa.

todo empieza poco a poco - lose... pero desespera jajaja. es para mi un placer inmenso que la gente lea lo que escribe mis manos; lo que mi loca cabeza imagina.

"ese sueño donde veo explotar una camioneta blanca a unos metros de mi casa - ¡no lo puedo creer! gritaba una chica al ver el cuerpo de su chico echo pedazitos por la calle; como hojas de un árbol.

o aquel donde yo era una una da que aprendí a volar con sus cuatro alas... y después caí a una infinito. - blahhh!!! no hay mucho que comentar de esos sueños extraños y retorcidos

en fin, regreso a lo que cita este comentario. no necesito de muchas palabras para decir esto asi que lo diré y podré continuar escribiendo para ustedes el capítulo tres de esta historia.

- gracias a todos por

leerme y apoyarme

en esto que puede

ser... - no se que

pueda nacer de esto.

gracias :3

Daby

Karlo

Codigo 38 - que olvide tu nombre, lo siento mucho, lo recordare.

martes, 6 de octubre de 2009

El Parajo De Fuego Cap. III “¿podemos plantar flores rojas?”

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La voz decía cosas sin sentido; cosas que el no podía entender - ¡Qué… es esto! Gritaba y trataba de salir de ahí por esa puerta sellada; sus delgados brazos golpeaban la puerta sin siquiera moverla un centímetro. – Tranquilo por favor, por más que intentes no podrás salir de aquí, estas aquí, y eso es lo que importa. Decía esa voz de trueno.

El chico lloraba y se resistía a escuchar – ¡El infierno… el infierno! Gritaba una y otra vez.

- ¡Señor esta propenso a desquiciarse!

- No lo hará.

Pero ahí dentro, dentro de su mente confundida y aterrada hubo un chasquido y en dos segundos… se desquicio. Empezó a reírse a carcajadas y babear.

- Señor… lo perdimos, se ah vuelto loco.

- Apáguenlo y vuelvan a reiniciar, tiene 15 minutos.

El chico se quedo sentado ahí entre sus carcajadas y balbuceos – ¿Se está arrancado el cabello? Dijo uno de “aquellos” que lo vigilaba. – Activen la sonda y mátenlo antes de que tenga un daño irreversible… no queremos que le suceda lo que a los demás.

¿Mentiras? ¿Traiciones? ¿Muertes? ¿Errores?... pecados. Cosas que hacemos todos los días, que pensamos, que quizás deseamos hacer pero no logramos concretar ¿Por qué no? Por miedo – ese bendito miedo a sufrir eternamente en aquel abismo lleno de oscuridad, llamas, dolor continuo y arrepentimiento que no funcionara de nada. El Infierno.

Capítulo III “Nuestras ovejas de cristal”

¡Era eso! Lo era, lo que no me dejaba caminar más; - Te amaba, te amaba mucho. Pero cuando en mi retorcida mente la idea de morir e ir al infierno hacia que mis ojos se helaran y que durante horas mi corazón no dejara de querer salir de mi pecho y esconderse debajo de aquella olvidada Biblia. Era miedo, pánico, un indescriptible horror que se notaba en mi cara cuando sujetaba con todas mis fuerzas la sabana - ¿Me voy a ir al infierno? ¿Pasaré toda la eternidad sufriendo dolores, castigos eternamente, sin descanso? Es ese miedo que puede hacerte orinar de solo imaginarlo.

Pero, cuando estoy contigo es distinto – contigo no tengo miedo a nada, a nada. No importaba, no nos importaba eso; viviríamos para estar juntos y morirnos juntos ¿Y qué más después de morir? Vivir en el espacio sobre una estrella - ¡No! Mejor un pequeño planeta, una luna, lo primero que se dé. Alimentando aquellas ovejas de cristal y durmiendo en esa casa de madera que tanto amo. Seriamos: Dzahuindanda, tú, yo y las ovejas brincoteando de un lado a otro; flotando sobre de nosotros y sonando suavemente sus cascabeles.

- ¿Podemos plantar flores rojas?

Te respondí que si, tan emocionado que corrimos del otro lado a plantarlas sobre ese pasto negro; ese pasto que parece envenenado – ¿Da muy buenos frutos verdad?; “Sí, el veneno es buen alimento para la gente”…

Pusiste tus rodillas sobre el negro pasto y colocaste una semilla que después yo cubrí y regué con un poco de agua fresca; así pues, lo hicimos con varias mas; se me ocurrió cubrirlas con una esfera de cristal para que las ovejas no se las puedan comer – ja ja ja como en libro. Me dijiste, y te vi sentado en el pasto sonriendo, dejando que la briza del viento fresco bailara entre tu cabello.

- Morir contigo no es morir… no existe mas allá de nosotros. Le dije.

- Morir contigo no es morir… no existe mas allá de nosotros. Me dijo.

KL27 leía aquel libro una y otra vez –… Morir contigo no es morir… susurraba sentado en una habitación abandonada.

- En 45 segundos volverá en sí, señor.

- ¿Está estable?

- Al 100%

- Perfecto…

Se sentó en una silla frente a la cama del chico, detrás del espejo protector de esa gran habitación blanca. – Tres… dos… uno… cero.

Abrió los ojos de nuevo – Do… do ¿Dónde estoy? Dijo suavemente y se levanto de la cama.

Le dejamos parte de los recuerdo antes de volverse loco, con eso le será más fácil asimilar esta vez señor.

La voz volvió a sonar como trueno en los tímpanos del chico – Hola de nuevo, espero no estés muy asustado, si es así, no temas. De nuevo, comenzó a respirar apresuradamente y buscar una salida.

- ¡Detente… Carlos!

- ¿Quién eres tú?

Detrás del espejo “ellos” se sorprendieron mucho - ¡Recuerda su nombre!... la tabla indica una perfecta estabilidad neuronal… es, es… ¡sorprendente señor KL27! El solo sonrió.

- Se bienvenido al siglo 32…

- …

- A esta tu nueva casa: las instalaciones de resurrección celular conocida como el “infierno”

- Si… siglo…

- Bienvenido seas… escritor.

¿Qué es lo que paso después de morir? ¿Mueres o revives? Te preguntas tantas cosas antes de morir, tales como estas; en tu lecho de agonía solo te queda eso, preguntar por tu posible destino. Pero nunca imaginarias despertar un día después y ver que estas en un lugar como ese. Lo que queda es pensar ¿Qué fue de mi dolor?

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Nota mundial en periódico:

1 de enero de 2041. Veintinueve años después de las catástrofes que sacudieron el mundo, un nuevo amanecer nos brinda una nueva esperanza de vivir.

Hoy, cientos de años después gracias al descubrimiento de nuevas especias submarinas logramos aprender más del pasado del planeta, las cicatrices de América nos hiso ver la gran cantidad de petróleo escondido debajo de esas ciudades muertas; el mundo como se conocía dejaba de existir y daba paso a una nueva etapa de evolución. Control de cambios climáticos, nuevas curas para enfermedades atroces como el SIDA fueron descubiertas de la noche a la mañana y quizás el mayor cambio de este tiempo: la desaparición de las uñas y la fusión del iris con la pupila humana en algunos; esto llevó al principio a una desastrosa natalidad en los siguientes años pero, al paso de los siguientes, esta condición, era casi en un 98% de los recién nacidos. – El hombre comenzaba a evolucionar nuevamente… la perfección estaba naciendo, una vez más.

continuara negro2

martes, 29 de septiembre de 2009

Cap. II.- La Lechuza de acero y deseo del hombre de vivir eternamente.

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¿Qué es? ¿Es un deseo o un anhelo? Es querer ser dios o superarlo. Sea lo que sea el hombre lo ha buscado desde siglos y siglos y al fin que lo ha logrado – que ironía. Ya el hombre no es hombre, ni mucho menos un Dios.


Carlos abrió los ojos de un golpe y comenzó a tragar aire por la boca; era ya desde hace mucho tiempo que no usaba sus ojos y aquella luz pálida sobre él era tan fría y pesada que sus ojos comenzaron a llorar.
-    ¡Da...bla!.. tablee de lo re...sss


Trato de levantarse sobre sí mismo, pero sus manos y pies estaban tan débiles que cayó al suelo y comenzó a vomitar un líquido amarillo tan amargo como su primera muerte; del otro lado del espejo “ellos” miraban atentamente.
-    El sujeto ah comenzado a desechar el liquido tensor, comienza a desechar liquido encubador.
-    Perfecto.


El se retorcía sobre el suelo blanco, entre las substancias amargas y calientes que salían de él. Después, perdió el sentido.
Hace mucho tiempo (decía el tal llamado KL27) cuando aun el planeta estaba en fase de evolución; una época productiva del mundo: Internet, tecnología satelital, experimentos con la clonación y ese deseo vehemente del hombre primitivo de la vida eterna. En ese entonces el mundo también era un caos, no sabían controlar sus recursos, desperdiciaban fuentes, mataban fuentes, desconocían fuentes de vida, de energía, de razón – y se decían ser animales pensantes.
Pero aun existía un grupo de personas, una minoría que pensaba de otra forma: científicos, políticos, expertos en materias importantes que eran casi desconocidas en ese mundo imperfecto; Fue hasta el tsunami de 2012 que azoto las costas de Asia, el siniestro terremoto que destruyo  parte de América, cuando el mundo tuvo su nuevo comienzo.
-    ¿La “VIDA”?
-    Así es. El fruto de años, de recursos, de mentes dispuesta a tratar de llegar a la perfecta evolución… la basura que nos hiso lo que ahora somos… perfectos imperfectos.

“¿Estoy? ¿Dónde estoy? Creí que había muerto; estaba muerto, y si lo estoy ¿Dónde estoy?... Es extraño, no recuerdo mucho de lo que fue de mi antes de… ¿de qué?... ¿Qué fue lo que paso?... Creer mirar de nuevo es cansado y hermoso a la vez.”
Se levantó de la cama blanca, y comenzó a respirar de nuevo; miró sus manos – mis manos… las veo de nuevo. De un lado había una pared blanca acolchonada; del otro lado un pequeño buro de madera y el respaldo de la cama, detrás una puerta negra y en frente un gran espejo que cubría toda la pared. El se levanto y camino despacio hacia ella. Su cuerpecillo estaba tembloroso, delicado, recién echo nuevamente como que se escucha redundante; sostenido por esas piernitas que caminaban como bebe aprendiendo a andar; su playera de manga larga blanca era como 2 tallas mas grande, no era muy grande pero le cubría sus manos. Se acerco al espejo gigante y lo comenzó a palpar, a olerlo, a sentirlo –  Frío, esta frío…
-    Está intentando hablar señor.
-    Perfecto; parece que se va recuperando muy rápido.

“El pájaro de fuego Cap. II. … Era para mí, lo sabía”
Me sentía hecho para él; la forma en la que me miraba, los días que pasaban frente de él, los días que vivía con él, los que dormíamos juntos y los que pasábamos despiertos solos, separados el uno del otro. Me dijo una vez – Te amo. Y no supe que decirle, solo lo abrasé fuerte y lo besé, lo besé como nunca lo había besado; supo amarme tal como era - ¡Sorprendente! Era como un  sueño dentro de otro sueño, como una fantasía hecha realidad en un cuento - como si se hiciera realidad en lo que estoy escribiendo.

Viví mi mundo aquí, en cada palabra, en cada frase, en cada centímetro de la libreta roja que tanto me ha visto alucinar en silencio bajo la puerta de algún lugar extraño. Todo lo que quería, todo lo que necesitaba estaba aquí, conmigo, en mi libreta, en mi mente, en mi cuerpo: el mundo que tanto anhelaba, el éxito, el reconocimiento, el triunfo de esos sueños eternamente inalcanzables, e incluso a él; lo tenía aquí, entre mis brazos, entre las hojas cavadas de mi vida, era él y para mí él era él, el único, el magnífico, el poderoso ser que hacía que todo dolor en mi no existiera, que el mundo real fuera solo una caricatura y mi mundo fuera el real; mi mente - ¿Qué era eso?. Era mi mundo, mi vida, vivía yo dentro de mí y nadie más existía, era yo solo y para mi solo, era yo y yo, mi otro yo, y él, - él vivía aquí, si, lo hacía, él, él, él…
Re cobijado en mi cama escuchaba la suave brisa de los árboles; se podía ver por la ventana como el viento golpeaba esas ramas oscuras; la tarde se iba lenta sobre el viento, las aves se acurrucaban espantadas esperando no ser devoradas por la tarde. Dzahuindanada estaba recostado a un lado mío, dormía pacientemente. Mientras yo escribía esto – aun no se cual es la razón por la que lo escribo, pero no puedo evitar no hacerlo.  Quizás algún día cuando muera alguien pueda leer esto.
Volaba con él y sobre de él; éramos dos aves libres que planeaban cielos conocidos, cielos extraños y llenos de nueves blancas – eran ahora blancas. Solíamos picotear el tronco de los árboles y dormir juntitos, sintiendo como el calor de uno se ardía dentro del otro. Él era un halcón y yo una lechuza, valiente y solitario, oscuro y misterioso. Solíamos volar entre los mares sosteniendo nuestras alas en el aire, planeando, surcando kilómetros de bastos pastos negros, quemados y arrepentidos; nos reíamos, no necesitamos más comer de esos pastos; nos manteníamos vivos por nosotros solos;  “él un halcón de oro y yo una lechuza de acero – dura y fría… no soportaba más mi propio peso… no más”.


KL27 leía atentamente sobre su pantalla aquellas líneas del libro. Detrás del espejo, el chico caminaba de un lado a otro murmurando cosas, cosas sin sentido, volviendo a aprender a hablar. Dentro de ahí la estática era aun más sonora, sonidos de radio y de trasmisiones chocaban uno con el otro. El chico se pegó más y más al espejo y dejando de murmurar pregunto perfectamente sorprendiendo a todos “esos” detrás del espejo.
-    ¿Quiénes son ustedes?


KL27 atónito comenzó a temblar – Habló… ¡Habló de nuevo! Se levantó y se acerco al espejo; sus dos metros de alto lo hacían parecerse una gran torre blanca frete de aquella mancha rezagada detrás del espejo.
-    Démosle la bienvenida, activa el traductor.


Comenzó a acariciar el espejo y tratar de ver detrás de él, hasta que escuchó una terrible voz penétrate, estruendosa y “como de trueno”; monstruosa, tal como las voces en aquellas películas donde habla el demonio. El chico calló asustado en el suelo y comenzó a arrástrese a la cama. Su rostro pálido se puso a sudar frio y a tomar un aspecto de horrorizado.
-    Hola Juan Carlos… bienvenido al Infierno.


La vida eterna. El deseo del ser humano inacabable; ahí esta ahora, el resultado. Me veo revuelto entre miedo, terror y angustia, llegué a la vida eterna en el lugar que nunca quise pisar.

continuara negro2

martes, 22 de septiembre de 2009

El pájaro de fuego. Cap 1 "... Y El Apareció... "

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“y aquel pájaro ardiente elevo sus alas hacia el horizonte; la estela rola que coloreaba el cielo tras su vuelo se tornaba mas y mas roja cada vez, no dejaba d ser brillante, no dejaba de ser deslumbrante, impactante, deseada, perdida y eterna, nunca dejaría d ser todo, nunca dejaría de ser eterna…y  voló tan alto que se volvió a morir”


La noticia estuvo en la primera plana del periódico mundial; la gente leía sorprendida y escuchaba el informe: “YA AH COMENZADO EL PORCESO PARA REVIVIR AL EL CUARTO HUMANO… ”


El cuarto estaba solo, no había vida ahí – no todavía. Alguien miraba detrás del vidrio protector, el tubo contenedor; le parecía más grande y más muerto de cómo lo recordaba; solo se escuchaba el golpe de los teclados y un sonido como de refrigerador… y estática, mucha estática.


- Ser el nuevo al mando de la operación es un poco estresante, no soy la suficiente persona como para manejar una cosa así; es la vida desde de la muerte, es una vida nueva después de una muerte falsa, de una muerte preparada, accidental pero planificada – esto es algo que no puedo hacer. Dijo aquel hombre el final de tomar su café detrás del vidrio protector.
-    Perdón ¿dijo algo señor?
-    No… comencemos.


La vida es una historia demasiado extraña, la vida no es fácil de describir desde mi un punto de vista, no es sencilla, no es gratis ni micho menos es satisfactoria en un 80%; nunca llegaras a satisfacerte del todo, con todo, o por todo lo que en un momento te llegara a rodear en “tu vida”. El hombre se ha distinguido de los demás animales por el hecho de querer más de lo que tiene, de progresar, de evolucionar, de coexistir dramáticamente  con otras personas y animales en un mismo planeta, el hombre no es más que el resultado ilimitado e incompleto de la evolución del universo – eso, en el siglo XXI.


Un zumbido rompe el silencio de gran cuarto cromado, el contendor que media alrededor de 3 metros comenzó a vibrar y retumbar dentro de el. – midan la temperatura y auméntenla con mucho cuidado, este es especial y no quiero que muera quemado.
-    Dispositivo de refrigeración retirado, el vacio se desaparece… 30 segundos para comenzar con el aumento de temperatura.
Aquel  encargado del proceso extraño miraba atento detrás de sus lentes oscuros, parecía muy serio y centrado en el acto; pero, dentro de los espejos de su lentes el miedo y la sorpresa los hacían temblar.


El contendor comenzó a abrirse por la parte superior, aquella ventana circular en el centro comenzaba a opacarse por el vapor dentro del contenedor; sus extremos se comenzaron a separar y el contenedor termino como una naranja pelada.
-    Listo señor, el producto está intacto, comenzando con la reanimación.
El sonido vibrante se segó y regreso al estática. Al cuarto aparecieron 4 siluetas casi humanas revestidas de trajes blancos: mascaras, botas, guantes, y un tanque de oxigeno en sus muñecas, sus enormes lentes oscuros los asían parecer insectos gigantes, aterradores y… - vacios.
-    El producto está vivo señor, sus signos vitales están estables.
-    … perfecto.


Capítulo I “el apareció”
Vagaba por las calles, las calles solas – muy solas, que…. Escribía en mi libreta roja frases y palabras sin mucho sentido; no hay nada en mi vida lo suficientemente necesario para seguir vivo…
Cuando el apareció… - ¡que hermoso! La vida pasar sobre la calle, flotaba y yo me retorcía como el gusano que soy; y lo vi, y me vio y dulcemente me sonrió y se elevo al cielo infinito y yo… y yo pensé en de nuevo volverá tratar de vivir.


En una gran plancha de acero, postrado sobre ella el cuerpo recién revivido de el comenzaba de nuevo a respirar; detrás del vidrio, admiraba esa obra de arte. Entra a la habitación el jefe de aquel hombre encargado de la operación.
-    ¿Cómo salió todo?
-    Perfecto.
-    ¿Quién fue esta vez? No podemos gastar recursos en personas absurdas…
Se acerco para verle mejor, cero los ojos y grito.
-    ¡que esto! ¿Quién es el?
-    Señor…
-    KL27! ¿sabes lo que hiciste?
-    …
-    ¿Quién demonios es?... es de raza latina… raquítico, se ve tan miserable ¿porque lo reviviste?
Aquel sujeto sin rostro lanzo a la mesa un libro; al que gritaba lo tomo, miro la portada.
-    ¿”el pájaro de fuego”?
-    Así es… el...
-    Entonces… entonces aquel es…
-    Asi es…


Y así es, en la mesa estaba  el cuerpo ya vivo de aquel sujeto desconocido; las cosas detrás del vidrio lo observaban pacientemente – llévenlo a un lugar más apropiado dijo uno de ellos.
El hombre siempre se basó en el físico, en lo que el ve solo con sus ojos; nunca en lo que había dentro de la otra persona. El mundos siempre fue superficial porque uno quería ser más que el otro. – una  basura de planeta donde solo importaba la gente hermosa, donde solo destacaban las personas bellas, y las demás eran solo “las demás” en ese mundo muerto, podrido; ese mundo imperfecto, impuro. Pero ahí estaba el. – eso en el siglo XXI.

continuara negro2

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Esas Frías Calles De Noviembre.

 

frias

Baja por una calle estrecha y sola, una brisa de aire con un sabor a noviembre le vate el cabello negro y el suéter de pequeños trozos de hojas secas. Sigue caminando y da la vuelta a la izquierda; camina a lado de unos arcos de ladrillos. La tarde, el día, el mundo parece sin color, sin gente; sin un alma, todo, es tan desaturado que escasamente se puede ver el rojo de su sangre.
No es suficiente; es escaso… no es sufriente ya para mi.
Dolor ¿Qué siento?
¿Cómo puedo sentir dolor, si lo que e casusa el dolor no existe?
Solo tu existes tu: en el agua, en la tierra, el aire seco y en los ladrillos donde sostengo mis manos heridas. Solo existes tu en mi vida, en la escasa escarcha de alegría que hay aquí. (Voz sin vida y aburrida)
No necesite de ti para nacer.
Pero creo que sin ti no podre vivir;
Tu ausencia a sido larga, tiesa y fría,
Me comes lentamente con tus colmillos blancos.
tus dientes ardientes llenos de satisfacción –para que no sufra tanto- aun asi duele, duele perder algo que nunca pude tener.
Las calles siguen solas y desahuciadas; pareciera como si en momento fueran a caerse las casa de pura tristeza. El cielo era tan pálido que las aves negras parecían  bombas merodeando ese cuerpo ambulante.
Sabes que nunca me casare contigo
Oh! que cruel agonía.
Saber que no estarás cuando yo te diga tantas cosas lindas.
Tantas cosas que no puedo decir ya.
Se fueron con el aire; se fue mi voz con el aire, el frio y seco aire de noviembre. No están en las flores, ni en la tierra, ni en la calle que se cae de indiferencia.
Me resigno, por (olvide cuantas veces me eh resignado a ti)
Dejo todo que pase de lado y me alejo otra ves
Te veré de nuevo en la calle,
Te veré de nuevo yéndote de mí.
(Sonido de interferencia de un televisor)
Me hundo en mis secretos y deseos de ti
No digo más y no lloro más
el llanto para ti se derramo todo en la calle.

continuara negro

jueves, 3 de septiembre de 2009

Había Una Vez Un Chico Que...

Había una vez un chico, que solía sentarse en una mesa fuera del café; siempre solo, con un libro en mano. Aquella chica wera lo veía: un día si y un día no; o quizás una vez por semana.
El chico pedía un café frio o un pay de queso, la chica se emocionaba atenderlo. El la saludaba, ella a él lo saludaba también, todo tranquilo, todo normal; y dentro de ella, ella, se moría por él. Ella sostenía su café, ella atendía otras mesas; siempre lo miraba, siempre lo soñaba, ella y el.
El era un chico normal, no más de 26 años, vestía siempre jeans, y playeras de varios colores: rojos, azul, amarillo, muy juvenil y siempre combinaban con sus ojos claros (deslumbraste y claros) –claros y muy brillantes. Se sentaba solo con su taza de café o té helado y leía horas sin parar, sin hacer escándalo o sin pedir algo mas, solo leía y se dejaba leer.
¿Cómo se llama? Se preguntaba esa chica; yo solo veía lo que pensaba, lo que soñaba y l que decía; el chico solo, estaba: solo. Sus ojos claros y su libro.
Yo también me enamore del aquel misterioso chico; me enamore  de su arrogante forma de leer y de sus ojos, de sus brillantes (deslumbrantes y mortales) ojos.
Yo me fui de ese lugar, ya jamás volví a ver a la chica wera ni al chico desconocido, solo recuerdo el nombre de Anna mi compañera del café y a karlo el chico que se sentaba en una mesa a leer, fuera del café.

domingo, 23 de agosto de 2009

- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *- *

Poema No2: Para Ti

Querrás que te diga que te amo cuando te vea?
O será mejor que solo salude como siempre.
No lose… no se que querrás de mi.

Es como cuando pasa un cometa:
Raro, esporádico, instantáneo.
Cuando te veo sucede así,
Pestañeo y ya no estás,
No se dónde vas, no se que querrás de mi.

Pero cuando estás aquí.
Eso no importa; solo estas
Y es lo que importa.
Pero cuando no estás,
Eso, eso también importa
Porque comienzo a pensar que querrás de mi.

Querrás que te diga que te eh extrañado?
O quizás querrás que te evada como lo haces a veces conmigo
No lose… eso no importa para mi.
Lo que importa es, que si estas aquí
Es cuando te amo mas.

(Suspiro)… ¿Cuándo te volveré a ver?

continuara negro

miércoles, 19 de agosto de 2009

* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -* -*

 

Para Mi Querido

Sueño: Poema No1

Como puedes ver que te amo tanto?
Que ha pasado casi un año que no te veo
Y aun así pienso en ti.

Pasaron días y días y no deje de amarte,
No eh dejado, simplemente no eh podido.
¿y tú? Yo espero que estés bien.

He dejado de pasar por tu escuela,
De buscarte en los bares.
De preguntar por tu nombre a toda la gente.

Pero eso no significa que no te extrañe
Solo dejo de intentar hacer que pienses en mi.

Como puedes ver no he dejado te amarte
Como el nuestra primera cita;
Y aquella vez que te encontré en la calle y te salude.
No eh dejado, simplemente no eh podido.

Hoy ya es un año de pensar en ti;
de soñarte también, de imaginarte,
De besarte en forma de mi almohada y de buscarte.

Hoy es ya un año de vivir por ti.
Como en nuestra primera cita,
Como aquel día que te vi en la calle y te salude.

No eh dejado de amarte, simplemente… no eh querido

continuara negro

martes, 18 de agosto de 2009

Una heladería, con sillas y mesas al aire libre. Las parejas reían entre ellas, comían helados y se miraban.
Hugo y poli recordaban esos días en que estaban juntos en la secundaria (hace mucho tiempo) mientras que yo sostenía una cuchara limpia y miraba celosamente a ellos; de pronto poli voltea a donde estoy; por toda al decepción de Hugo y la flojera olvide ponerme nervioso.
-    Y ¿no comerlas nada?
-    … no, no tengo hambre.
-    …

Poli Cap.2


Hugo lamia un helado enorme y miraba a distancia a poli y depuse a mi. –debo ir al baño- dijo poli y se levanto de la mesa…
-    (otro zape mas fuerte) ¡que demonios crees que haces inútil?!
-    Graaa!!! (adobada) ¡eso me dolió!...
-    ¿Qué crees que haces?
-    Eso mismo digo yo; está bien que hayan  sido novios, pero…
-    Pero que… eso fue antes y ahora esto que hago es por ti.
-    ¿que?
-    Poli y yo somos muy buenos amigos, entre nosotros solo hay amistad.
-    Entonces… esto lo haces para que  yo… y poli… (ojos a punto de llorar)
-    Yep!...
Regreso a la vida real.
-    Entonces tu amigo te estaba ayudando
-    Si…un buen amigo
Regreso  al recuerdo….
Cuando Hugo me dijo que esto lo hacia para ayudarme ¿no debería permitirme hablar con poli? Yo estaba detrás de ellos, caminando en la calle, mientras ellos reían y reían, y yo como su sombra: abrumada y desdichada. Cuando me voltea a ver poli.
-    Entonces… ¿iras con nosotros?
-    Ir… ¿dónde?
-    ¿no me prestabas atención?
-    … asi… si!!
-    …. ¬¬ bien decía que el próximo sábado será la feria cerca de mi casa; seria genial que fuéramos todos
-    … si claro.
-    Genial.
Y así fue, en 3 días seria mi primera cita con poli: una linda noche, mucha diversión, algodón de azúcar, poli, yo… - y Hugo… -
A la mañana siguiente.
Sonido de despertador (tip!!... tip!!!... tiiip!!!) -¡coño! Deberían de hacer estos despertadores menos ruidosos –
Afuera, en la ventana alguien gritaba.
-    ¡levántate vastardo!
-    Uhh?... ¿Qué hora es?
Hugo estaba afuera de la casa de Chaly con una pans azul y una camiseta blanca; charly bostezaba mientras los gritos seguían fuera de su casa.
-    ¡que sucede!
-    (otro zape) ¡¿Qué, que sucede?! Solo tienes 3 dias para esta en forma.
-    ¿forma?
-    ¡asi es! 3 días para estar en forma para la cita de tu vida…
-    ¡ahh! Cierto… bueno… pensándolo bien poli no es tan…
-    ¡ni siquiera se te ocurra decirlo!... poli es…
De pronto aparece poli detrás de ellos montando su bicicleta.
-    ¿poli es que…?
Charly se sorprendió a ver a poli.
-    Po-poli!!
-    … ¡! Esto de poli me esta desesperando… en fin… ¿estamos listo?
Hugo invito a poli a dar un paseo en bicicleta junto con charly antes de ir a la escuela. Hugo se mostraba feliz sacudiéndole la cabeza a poli, mientras que charly los veía confundido…
-    (risa acompañada con la de poli)… y tu ¿no traerás tu bicicleta?
-    Ehh!! Si… voy.
Al dar la vuelta poli le digo a charly:
-    ¡oye chary!
-    ¿di-dime po…?
-    Quizás también deberías traerte unos pantalones, está bien que quieras lucir tus lindas piernas, pero no de esa forma (risa)-
-    … (¡mierda!... baje tan rápido a ver a Hugo que olvide por completo que ando en bóxer) ¡ahhhhhh!
Una par de minutos mas tarde los tres rodeaban el parque con sus bicicletas: Hugo estaba al final, mientras que chary en medio y poli en frente.
-    (mirada pervertida) jejejeje… ¿poli tiene un buen trasero verdad? Dijo Hugo
-    ¡¿Qué dices?!
-    Habla mas bajo… ¿verdad?
-    … ¡no tengo porque escuchar tus cosas!
Si comenzó a pedalear mas rápido rebasando a poli asta colocarse enfrente; Hugo y poli se colocaron a la misma altura y poli dijo:
-    ¡hay charly…!
-    ¿mande?
-    ¡que lindo trasero tienes!
-    ¡uhhh!
Chary empezó a perder el control de la bicicleta y cayo ridículamente en el suelo –hay… ¡estoy bien!- dijo mientras se ponía la mano en la espalda. Poli se detuvo y dijo:
-    ¿estas bien? ¿Qué sucedió?
-    Nada, nada…
-    … (risa) eres divertido chary… deberíamos de hacer esto mas seguidos ¿no crees?
-    … si (soy divertido…)
-    (guiño) levántate y alcánzanos, te vemos en la cafetería… desayunaremos juntos…
Poli pedaleo para alcanzar a Hugo; chary se quedo en el suelo, estático, sin hacer nada más que soñar despierto.
“poli es todo lo que quiero… es todo lo que necesito… mi sueño” (se adobaba la rodilla con una pequeña lagrima)

continuara negro

jueves, 13 de agosto de 2009

Les traigo una linda historia de amor; disfrutenla ... El sueño de todo hombre en México...

 

POLI Cap.1

Una tarde en el patio trasero de una universidad común; un campo de pasto fresco y muy verde.
-    Ya, dinos, estoy seguro que a de haber al menos una vez.
Cuatro chicos estaban sentados alrededor de uno, que recostado en el pasto miraba el cielo.
-    (Suspiro) bueno…
-    ¡Dinos!
(Nubes de recuerdo, todo se ponía borroso mientras el sonreía)
-    Se llamaba Poli y era la chica mas linda que pude conocer…

Su cara limpia y tersa, sus ojos grandes y muy suaves, su largo cabello negro y… tantas cosas que puedo decir de ella, tanas que no puedo recordarlas todas en un momento.
-    ¡Vamos Poli… corre o no llegaremos!
-    ¡Voy!
Ella corría ostentando su bolsa de libros; detrás de sus amigos. No dejaba de sonreír, no dejaba de brillar, ella, ella, ella…
-    Ella, ella, ella…
-    (Zape) ¡Ya cállate! No puedes narrar como corre Poli  en voz baja, trato de comer algo.
-    Es que…
-    Llevas más de tres meses viéndola, soñándola, inventándola en estúpidas historias en tu estúpida cabeza ¿No crees que es tiempo de hablarle?
-    …. ¡!... ¿Qué? ¡¿Hablarle?! … ¿En que estas pensando?
-    (Me toma la cabeza con sus grandes manos) Dejar de soñar y comenzar a vivir eso que tanto piensas, mensito.
-    Yo… (sonrojado) no creo que…
Hugo era un chico grande y fuerte (mucho más que yo) los dos estudiábamos en el mismo salón y además tomábamos la misma clase de natación. El gozaba de una gran suerte con las chicas: (se imaginaba a su amigo) grande, fuerte, lindo, una sonrisa de pasta dental… y una cabeza hueca. Pero a mí no me interesaba eso, yo solo podía tener ojos para Poli; y era obvio que ella lo sabía: escondiendo la cabeza cuando ella volteaba hacia mí, huyendo de su ruta cuando me cruzaba con ella…. En fin… esa era la vida que había escogido: enamorarme de alguien y no poder hacer nada.
Regresando a la vida real.
-    ¿Y no hiciste nada? (Preguntó uno de sus nuevos compañeros)
-    … (Uno solo escuchaba, mientras mordía una hoja de pasto)
De regreso a la narración.
Algo tenia  que me congelaba cuando intentaba acercarme para hablarle; era imposible para mi dar un paso mas; simplemente no (estaba ahí parado a punto de chocar con su espalda, cuando Hugo entra a la cafetería  y me golpea la cabeza para revotar contra su espalda).
-    ¡¿Qué demonios te sucede Hugo?!
-    Estabas como estúpido cabeceando en la fila así que si ninguno de los dos ordenará… gracias por el pase… ¡ah! ¡Hola Poli!
-    …¿? (cara despavorida de impresión y sorpresa)
-    … ¡Hola Hugo!... (contestó Poli mientras se sobaba la espalda; después volteó a verme)
-    … jajaja… (graciosa huída)
Hugo salió de la cafetería comiendo un pizza, sosteniendo un jugo y con la otra mano un hot dog y detrás de él, yo tropezándome con mi mediocridad y mis torpes pies
-    … ¿Conoces a Poli?
-    … (Sonrojado)… No
-    … dime…
Nos sentamos en una pequeña mesa, a unas cuentas de donde Poli se sentó con sus amigos; volteaba a verme con una rara mirada (creo que piensa que fue a drede el golpe en su espalda) mientras yo me escondía debajo de la mesa.
-    (Con voz de susurro) ¿En qué estábamos, antes de que me empezara a asechar con su mirada vengadora?
-    … en nada…
-    … ¡Cierto!... dime ¿Conoces a Poli?
-    … (Sonrojado y tosiendo)… bueno…
-    … Uh? ¿son hermanos, vecinos, conocidos…?
-    ¡Poli y yo estuvimos saliendo un tiempo!
-    ¡¡Queeeeee!! (increíble sorpresa)
Hugo se levanto de la mesa, camino hacia la mesa de Poli y sus amigos para tirar su basura en el sesto; aun masticando y sonrojado se despidió de Poli alzando su mano… trago y caminando me dijo:
-    Y si, estas en lo correcto: Poli es excepcional.

... AL DIA SIGUIENTE ...


El agua de la piscina se movía con rapidez. (Sonido de nado rápido en el agua) Hugo nadaba tremendamente alucinando a todas las chicas que se suponía deberían estar tomando clases también; yo estaba sentado en la orilla, pensando, mirando mi reflejo distorsionado en el agua. No me reconocía; cuando comenzó a aclararse el agua…
-    Po-poli!!?
-    Hola…
-    (O.o sorpresa) … ¡da… da!!!
-    … Ehh?... yo.
-    (Aparece Hugo detrás de mi salpicándome de agua)… Poli.
-    Hey Hugo, siento llegar tarde.
-    (¡Queeee! ¿Tendrán una cita?) …
-    Esta bien… ¿Ya conoces a mi amigo Charli?
-    (¬¬) Si, ayer en la cafetería…
Sospechaba que Poli no estaba de buen humor por esa situación, aun así salimos los tres de la clase de natación – Vallamos a comer un helado ¿Si?- dijo Hugo muy feliz y después me susurro – Le encantan los helados… esta es una buena oportunidad-. ¿Qué pensaba Hugo? ¿Re-conquistar a Poli frente de mis narices y burlase de mí mientas yo solo, gris (que con esto??) y desdichado me arrastre como gusano mal herido y desaparezca de ahí?...
-    ¡Valla amigo…! (dije)
-    Uhh?
-    Nada…
Era la cosa más linda que pude conocer… y no es para mí.

continuara negro

lunes, 3 de agosto de 2009

bye

Mañana, mañana que amanezca te diré eso, mañana en la mañana que vuelva a amanecer solo en la cama, soñando aun cuando mis ojos están abiertos (pensar en ti).
(La tarde más húmeda y nublada de la semana) Carlos miraba la calle desde su oficina; suspiraba y dibujaba con su dedo la caída de esas gotas derribadas por el cristal.
(Voz de recuerdo mientras sigue mirando la ventana)
-    Carlos no puedes evitarlo.
-    Pero… en este momento no son mis planes.
-    Lo sé. Eres el mejor que tengo en esta empresa y es necesario que vallas ahí lo más pronto posible.
-    …
-    Te tienes que ir a los Ángeles… tiene que ir… ir… ir… ir.

The coffee Factory

Capítulo 4

“Volveré…”

Otra tarde en el café:
-    Hola
-    Hola…
-    ¿Sucede algo… Carlos?
-    No, es solo cosas del trabajo (sonrisa)
-    Bien.
-    ¿Qué tal aquí?
-    Mucho trabajo también (voltea a ver la calle nublada) esta temporada de lluvia es buena para el café.
-    ¿Y para ti?
-    También… es un buen tiempo.
Carlos comenzó a leer hoja tras hoja de la oficina; una taza de café caliente humeaba a su derecha –ya que el antiguo jefe de departamento sufrió un accidente, se le otorga el cambio de sucursal a Los Ángeles,  California para… -
-    Los Ángeles… creí que nunca me aceptarían
… (Corriendo con zapatos; saltando los charcos que se formaban en el suelo del centro de la ciudad) “… Hoy…. debe de saber….”… (Despierta, con una tormenta)
-    Son las 2:00 am…. Esta lloviendo.
Carlos miraba el despertador, como parpadeaba y parpadeaba; de pronto se volvió a quedar dormido, escuchando como seguía lloviendo.
En la mañana…
-    Señor Carlos, el vuelo esta listo para mañana alas 6:00 pm.
-    … Bien (organizando papeles)
-    Sus maletas ya fueron enviadas al aeropuerto; su pasaporte esta listo y en los Ángeles ya le aviso la hora de llegada de usted.
-    Bien (revisando hojas blancas)
-    … Señor…
-    … ¿?... ¿Si?
-    Lo extrañaremos cuando se valla.
-    Gracias, eres un muy buen asistente, pero ahora, serás el jefe del departamento, te dejare mi puesto
-    … ¿Qué?... es ¿Es enserio?
-    Si, a ti fue el primero que propuse como mi sustituto.
-    Señor…
-    (sonrisa)
Carlos salía del banco con una sombrilla, preparado  para la  próxima lluvia; bajo al café para ver a Ángel.
-    Hola
-    Hey, hola ¿Cómo esta el trabajo? Ayer te veías preocupado.
-    Todo bien… ya pronto esto acabará… oye
-    ¿Si?
-    Este mañana yo…
-    Espera, tengo que llevar esto a la mesa.
-    …
“No es que no tengas tiempo para mi, o que no quieras darme lo que en silencio te pido, pero supongo que no eres adivino para saber lo que quiero que me des” te miro caminar, haciendo tu trabajo, no estas aquí conmigo y eso me duele…mañana mi vida será mas dura sin tí.”
Carlos dejo a Ángel trabajar, sin despedirse de él, salió del café y se topó con aquel mesero de barba de candado, chaparro y con cara de golpeador.
-    Disculpe joven – dijo el mesero
-    No te preocupes. (Chaparro… inútil que solo se la pasa husmeando en el café)
-    … con permiso (Marica presuntuoso, que solo viene a fingir tomar café para ver a Ángel)
Carlos vió como ese mesero miraba Ángel… - Podría ser que ese mesero también… no no no-. Aun así Carlos siguió pensando en aquel mesero y Ángel, se veía tan feliz Ángel charlando con él, - el mesero chaparro… es muy guapo…. Ángel… harían bonita pare…. –.
La noche paso lenta y dolorosa para Carlos; en un par de horas partiría sin retorno y Ángel desconocía de su amor y de su partida; -¿Cómo el diré todo? En solo un par de horas… para que decirlo, yo me iré…-. Durmió.
En el Aeropuerto. Carlos esperaba impaciente solo 15 minutos para abordar el vuelo; Carlos miraba sus manos y pensaba en que hubiera pasado y él hubiera dicho algo – es imposible… necesito un… - de pronto esa bocina que casi no se le entiende comienza a sonar: “Debido a la tormenta que comenzó a avanzar, todos los vuelos se suspenden hasta que termine ésta… gracias… jódanse”
-¡¡¡Es… es mi oportunidad…!!!- Carlos salió corriendo del Aeropuerto, en plena tormenta -¡Ahhh, me mojo, mojo!-. Miró aun lado de la carretera – ¡Sombrillas; una a 100 y dos a 200!- Ángel corrió hacia el señor y soltó un billete – ¡¡Sólo quiero una!! - Forcejeaba con el señor.
-¡¡Pero no tengo cambio!!
-¡¡Al diablo!!...
Carlos corrió y corrió (Después se canso y tomo un taxi)… - se detuvo… ya no hay vuelta atrás…. Y yo tengo dos sombrillas…-. Pensó Carlos: -Tengo buen tiempo para ver a Ángel y después volver…-
… Una sombrilla comenzaba a levantarse del suelo para abrirse mientras alguien corría desesperadamente. La calle de nuevo comenzó a mojarse… (Sonido de gotas)…
Carlos pensaba en las cosas que le diría, y lo que le respondería…. En lo que pasara después; Carlos sonreía mientras golpeaba con sus zapatos.
-    ¡Ángel!
-    Carlos…
-    (Respiración rápida) yo…
-    Qué pasa… te había dicho alguna vez lo lindo que eras…
-    … Uhh?
El sonido de la lluvia se detuvo. Las voces no existían y la boca de Carlos era el único instrumento que podía escuchar Ángel.
-    Carlos ¿Por qué ahora?
-    No lo sé… lo sé, es tarde. Pero… no podría vivir así…
-    Yo… también, pero… (voltea aun lado)
-    Regresaré… (sonrió)
Ángel se quedo mirando como Carlos partía de nuevo, perdiéndose entre la gente y las gotas. Ángel entro en la lluvia para quitar las mesas que se desbordaban en el agua.
-    Señor Carlos, el vuelo se a suspendido, el nuevo vuelo saldrá dentro de 4 horas-
-    Bien.
Carlos regresaba triunfante, abría de nuevo su sombrilla negra para recibir el amor de Ángel.
Pero…
Como una escena de película, Ángel abrazaba a alguien en la lluvia, la gente miraba como el agua empapaba sus ropas, como el mundo se abría y cerraba por ellos; Carlos sonrió, lanzó una lagrima que nunca nadie vio, se convirtió en agua, y pensó – Cada gota que te toque desde ahora, serán mis lagrimas- Carlos vio al chico con el que Ángel estaba; le lanzo su sombrilla extra y se despidió de ellos, perdiéndose en el brumo de sus lagrimas.
“No me duele tanto el perderte, porque sabrás que cada gota de esta lluvia es una lagrima de felicidad mía… te dejo en buenas manos, Ángel…no me duele tanto porque se que volveré algún día por aquel café que tanto amo tomar cuando estas en mi mente... conmigo”

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texto: Carlos González

imagen: Carlos González

Edicion: Ivonne Maldonado

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