expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

sábado, 22 de junio de 2013

Sobre juventudes y agua.

 

Así cómo el agua;

La juventud también se va por los drenajes.

 

Se escurre por entre las piedras de los caminos recorridos,

se pierde bajo tierra y se evapora con el sol.

 

No sirve más que para calmar la sed de algunos.

Para limpiar impurezas de rostros que se volverán a manchar.

Para ahogar malos recuerdos, y mojar la cama de algunos más.

 

Se va con el viento por ahí a pasear.

Hace que se escondan los cobardes,

y a los que viven de ella los hace bailar.

 

Pasa por entre las pieles, jugando con muslos que no volverán a besar.

 

Y también se va sin rumbo conocido:

De boca en boca hasta acabar.

Saliva, sudor y sal.

 

Sí. La juventud se va como el agua por las manos de todos.

Y se hunde bajo los cerros, para vibrar árboles de recuerdos.

Donde podremos algún día descansar.

 

A.F

viernes, 14 de junio de 2013

Para perder la libertad.

Sé mi pecado, mi delirio, mi confusión.
La ola de luz divinamente abrasante que viole mi alma,
que calcine mi sombra y mi soledad.

El romero para mi escudo, la albahaca de mi ventana.
La ruda para calmar mi pecho y el “quiebra plato”
desde mi pie hasta donde muere el último cabello.

Sé también las horas muertas y calladas;
la almohada húmeda y cálida para morir en las noches.

-“Bésame con tus palabras”-.

Cómeme con los dedos y mastícame hasta hacerme tan pequeño que termine en cada parte de ti.

Úsame, transmútame, fíltrame y despójame de mi libertad;
sé el ninja que robe mis muslos, mis pies, mis manos y mi pecho de lechuza.

Mátame con una saeta hervida en tu seno.
Y en la eterna e inmensa oscuridad:
No sueltes mi mano al caminar por Ades.

A.L

sábado, 8 de junio de 2013

Para huir del mundo.

Dentro del último mundo dónde estás.

Están esas serpientes emplumadas que te persiguen noche tras noche;

robándote a mordidas las manzanas que adán te regalo.

 

Y te persigue una sombra; se diluye a través los lagos

y te roba camino.

 

Y el cordero se burla a carcajadas;

y la diáfana fuente niega su saciable agua a tu temblorosa boca.

 

Se te acaba el tiempo. No hay retorno en la meseta.

 

Y las calaveras dentellean tus pies inflamados.

 

No puedo hacer ya nada por ti;

Tú eres el único que tiene la llave del motor para huir del oscuro.

A.L

sábado, 1 de junio de 2013

Cuando no hay diferencia.

Cuando ya no hay diferencia entre el cielo y la tierra,

las alas del reactor voraz.

 

Las cordilleras perdidas arriba y abajo.

La desesperación de no caminar ni flotar.

 

No hay.

No habrá.

Ni existe ni existirá.

 

Mas no arriba, más abajo,

donde escaldado por lágrimas cortaras verduras negras.

 

Mas no abajo; arriba.

Tu vagina sacaras a orear.

 

Lagrimal menstruoso desbordará su ira en el arrabal.

Llora entonces, con o sin vagina para murmurar:

“Donde pisas hoy y siempre”.

Siempre será igual.

A.L