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sábado, 1 de junio de 2013

Cuando no hay diferencia.

Cuando ya no hay diferencia entre el cielo y la tierra,

las alas del reactor voraz.

 

Las cordilleras perdidas arriba y abajo.

La desesperación de no caminar ni flotar.

 

No hay.

No habrá.

Ni existe ni existirá.

 

Mas no arriba, más abajo,

donde escaldado por lágrimas cortaras verduras negras.

 

Mas no abajo; arriba.

Tu vagina sacaras a orear.

 

Lagrimal menstruoso desbordará su ira en el arrabal.

Llora entonces, con o sin vagina para murmurar:

“Donde pisas hoy y siempre”.

Siempre será igual.

A.L

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