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sábado, 28 de febrero de 2009

Primera Parte ***El Autbus****


“Corrí detrás del autobús, con todas mis fuerzas
parecía que no lo alcanzaría, y si, no lo alcance.”

Hoy tuve cosas que hacer en la biblioteca publica,
baje la ciudad a pie para sentarme en un silla aburrida y buscar datos que nunca me servirían para nada:
estaba, tranquilo (aburrido), callado (durmiendo) y estático (muerto)
cuando, de pronto, se me ocurrió voltear la cabeza hacia la puerta de salida, como si me hubiese llamado su aroma
extraño; salí a buscar mas de el, pero se había perdido entre la gente.
tome mis cosas y salí en su búsqueda:
pase extranjeros tomándole fotos a un vendedor de trapos, un niñita pidiendo limosna,
un puesto de hamburguesas mundialmente conocido y cientos de personas; esquivaba brazos, piernas y manos para solo perseguir unos pantalones de mezclilla azules y una mochila roja.

-¡que crees que me sucedió!... bla bl bla bla bla bla- no paraba de hablar de cosas que no entendía
y yo me orinaba de ansias por seguirle la pista; solo vi como se perdía nuevamente aquel peinado corto y de piñita
-debo irme, lo siento- le dije a mi amiga mientras sostenía un recién nacido y se apoyaba con una muleta para no lastimarse mas su pierna enyesada. Llegue un puesto de papas fritas, cansado, con hambre y decepcionado de no haber alcanzado a aquel fantasma, me pare e incline mi cuerpo sosteniéndome con las rodillas, pero mas
adelante el salia de un lugar donde vendía helados; salio con un cono enorme -casi como el de utilería que estaba como adorno en la puerta-. Y pude ver su parte de su brazo -es claro, ¡es claro!- tome aire y empecé a correr, tenia que saber su nombre, tenia que verle el rostro pero casi al llegar junto a el, una colmena de niños exploradores se atravesó en muestro camino; mientras los avispones avanzaban yo brincaba para no perder su piel, ni su mochila ni sus jeans.
supe que esto no seria fácil, el centro estaba infestado de gente: payasos, vendedores de algodón de azúcar, extranjeros y maestros
empecé de nuevo a esquivar gente, mirar al frente sin perder su sobra y pensar en que color seria mi traje el día de nuestra boda
-negro o gris-. Pasamos el kiosco, los restaurantes y una “cosa” que estaba al lado de un “quiensabe” que, asta que llegamos a unas calles cerca de una parada de autobús.
el al frente y yo una calle atrás de el; los semáforos jugaban con mi destino, la gente se atravesaba mas de lo normal,
- pisaba mas de lo normal...-

-tengo que conocerlo- y apreté mas el paso, pero al momento de cruzar el puesto de "aguas, helados, fresas con crema y sopas maruchan"
el ya había abordado su autobús. Pensé: -aun hay tiempo, aun lo hay...-

y corrí detrás del autobús, con todas mis fuerzas
parecía que no lo alcanzaría, y si, no lo alcance.

viernes, 27 de febrero de 2009

Diálogos de un solitario.


Diálogos de un solitario.

Hola aquellos que me leen y aquellos que ni siquiera me conocen.
Hoy es una noche muy triste, llena de melancolía y soledad;
es una noche donde no estoy con mi amor, una noche sola.

Una noche muy, muy deprimente.... más deprimente y ridícula que esto.
 Por eso quiero expresar mi dolor con este Diálogo y que espero que muchos de ustedes sientas lo mismo.

No sé si a ustedes les ha pasado lo mismo que a mí: llegar a una reunión completamente solo para darte cuenta que en cada esquina, en cada rincón, y en cada 50 metros cuadrados hay parejas:
Los maduros enamorados que se reencontraron en la cama gracias a los tratamientos contra la impotencia, la pareja de adolescentes menores de 19 años que se juran amor eterno y que prometen que estarán juntos hasta el día que se mueran, los recién casados que se dan de comer en la boca, se dicen "pelotita, pastelito, cosita" y siempre están calientes, la pareja gay, -que después de dos semanas terminaran, se odiaran, sufrirán por estupideces y empezaran a "amar de nuevo" con el mejor amigo de su ex-.
Y escondido detrás de una planta de sombra: tú. Solo, rezagado – una cucaracha-. Te sientes como un organismo unicelular junto a un montón de pluricelulares y aun más que no traes regalo; -Bridget Jones ahora sé lo que sentiste-.
Ahora bien;  estas ahí fingiendo divertirte, todos te preguntan –y tu pareja?... y tu novio?… y tu marido? A lo que respondes con la escusa que se encuentra trabajando en estos momentos y les haces una sonrisa insípida. - Te debiste haber quedado encerrado en tu casa viendo un ridículo infomercial y comiendo Doritos, pero no, quisiste salir de tu monótona existencia-. Pensaste: –no, esta vez saldré a divertirme. Y ahora mientras estas parado con un vaso de refresco sin gas te preguntas – ¿estarán pasando el comercial de la tostadora que da el clima y hace pedicure?-.
Te avergüenzas de tu vida, de tu existencia en este mundo vagando como una pelusa, estacándote en cabelleras que después de un rato te botaran con un manazo y continuaras vagando en la intemperie hasta terminar anciano, con 12 gatos y tus escasos recuerdos felices que son consumidos por  Alzheimer.

A si es el amor, para algunos existe y para otros es solo un sueño inalcanzable, doloroso y perturbante; Podrías dejar de pensar en él y dedicarte a otras cosas más productivas; o tener la esperanza de que al cruzar la calle encuentres a esa persona especial que no se negara a probar tus fluidos corporales. Mientras tanto mi querido amigo guarda una camisa bien planchada para esas fiestas incomodas y dos bolsas grandes de Doritos para pasar tu fin de semana leyendo un ridículo monologo por un ridículo escritor.


jueves, 26 de febrero de 2009

El niño y el lobo***

En un bosque de verdades
Y mentiras
Donde las hadas roban oro
Y los duendes lloran bajo un árbol

Caminar ahí es un peligro
Y delirio placer.
Dispuesto a amar
Ser amado
Abandonar, y ser abandonado.

Soy que, ahí.
Una víctima
Un cazador, un niño
Corriendo a buscar insectos.

Que es el,
Un cazador
Un duende lastimado
Un lobo en busca de sexo.

Ahí estamos,
Ahí nos vemos,
En el bosque donde nos morimos
Todos, absolutamente todos por dentro.

De cualquier forma
Me atrapo, y me enamore
Y llore y grite
Y me reí de el antes de llorar por el.

Ahí estaba el,
Me disfruto, me gusto, me amo,
Pero se fue como el viento en la ventana.

El lobo malo
El niño aun mas malo
El lobo con piedras en el pecho
Y el niño malo
Con miel en el corazón.

El niño lo amo en sus sueños
El lobo lo probo y nada mas
El niño, solo se sentó en una silla de ilusiones
El lobo lo bajo a la realidad.

Y a si entonces en el bosque del amor
El niño se quedo sentado triste de ilusión.
Y el lobo fue venerado,
Por darle al niño una dolorosa y gran lección.

nota: el bosque es metáfora,
y si, alguien me desilusiono.