La voz decía cosas sin sentido; cosas que el no podía entender - ¡Qué… es esto! Gritaba y trataba de salir de ahí por esa puerta sellada; sus delgados brazos golpeaban la puerta sin siquiera moverla un centímetro. – Tranquilo por favor, por más que intentes no podrás salir de aquí, estas aquí, y eso es lo que importa. Decía esa voz de trueno.
El chico lloraba y se resistía a escuchar – ¡El infierno… el infierno! Gritaba una y otra vez.
- ¡Señor esta propenso a desquiciarse!
- No lo hará.
Pero ahí dentro, dentro de su mente confundida y aterrada hubo un chasquido y en dos segundos… se desquicio. Empezó a reírse a carcajadas y babear.
- Señor… lo perdimos, se ah vuelto loco.
- Apáguenlo y vuelvan a reiniciar, tiene 15 minutos.
El chico se quedo sentado ahí entre sus carcajadas y balbuceos – ¿Se está arrancado el cabello? Dijo uno de “aquellos” que lo vigilaba. – Activen la sonda y mátenlo antes de que tenga un daño irreversible… no queremos que le suceda lo que a los demás.
¿Mentiras? ¿Traiciones? ¿Muertes? ¿Errores?... pecados. Cosas que hacemos todos los días, que pensamos, que quizás deseamos hacer pero no logramos concretar ¿Por qué no? Por miedo – ese bendito miedo a sufrir eternamente en aquel abismo lleno de oscuridad, llamas, dolor continuo y arrepentimiento que no funcionara de nada. El Infierno.
Capítulo III “Nuestras ovejas de cristal”
¡Era eso! Lo era, lo que no me dejaba caminar más; - Te amaba, te amaba mucho. Pero cuando en mi retorcida mente la idea de morir e ir al infierno hacia que mis ojos se helaran y que durante horas mi corazón no dejara de querer salir de mi pecho y esconderse debajo de aquella olvidada Biblia. Era miedo, pánico, un indescriptible horror que se notaba en mi cara cuando sujetaba con todas mis fuerzas la sabana - ¿Me voy a ir al infierno? ¿Pasaré toda la eternidad sufriendo dolores, castigos eternamente, sin descanso? Es ese miedo que puede hacerte orinar de solo imaginarlo.
Pero, cuando estoy contigo es distinto – contigo no tengo miedo a nada, a nada. No importaba, no nos importaba eso; viviríamos para estar juntos y morirnos juntos ¿Y qué más después de morir? Vivir en el espacio sobre una estrella - ¡No! Mejor un pequeño planeta, una luna, lo primero que se dé. Alimentando aquellas ovejas de cristal y durmiendo en esa casa de madera que tanto amo. Seriamos: Dzahuindanda, tú, yo y las ovejas brincoteando de un lado a otro; flotando sobre de nosotros y sonando suavemente sus cascabeles.
- ¿Podemos plantar flores rojas?
Te respondí que si, tan emocionado que corrimos del otro lado a plantarlas sobre ese pasto negro; ese pasto que parece envenenado – ¿Da muy buenos frutos verdad?; “Sí, el veneno es buen alimento para la gente”…
Pusiste tus rodillas sobre el negro pasto y colocaste una semilla que después yo cubrí y regué con un poco de agua fresca; así pues, lo hicimos con varias mas; se me ocurrió cubrirlas con una esfera de cristal para que las ovejas no se las puedan comer – ja ja ja como en libro. Me dijiste, y te vi sentado en el pasto sonriendo, dejando que la briza del viento fresco bailara entre tu cabello.
- Morir contigo no es morir… no existe mas allá de nosotros. Le dije.
- Morir contigo no es morir… no existe mas allá de nosotros. Me dijo.
KL27 leía aquel libro una y otra vez –… Morir contigo no es morir… susurraba sentado en una habitación abandonada.
- En 45 segundos volverá en sí, señor.
- ¿Está estable?
- Al 100%
- Perfecto…
Se sentó en una silla frente a la cama del chico, detrás del espejo protector de esa gran habitación blanca. – Tres… dos… uno… cero.
Abrió los ojos de nuevo – Do… do ¿Dónde estoy? Dijo suavemente y se levanto de la cama.
Le dejamos parte de los recuerdo antes de volverse loco, con eso le será más fácil asimilar esta vez señor.
La voz volvió a sonar como trueno en los tímpanos del chico – Hola de nuevo, espero no estés muy asustado, si es así, no temas. De nuevo, comenzó a respirar apresuradamente y buscar una salida.
- ¡Detente… Carlos!
- ¿Quién eres tú?
Detrás del espejo “ellos” se sorprendieron mucho - ¡Recuerda su nombre!... la tabla indica una perfecta estabilidad neuronal… es, es… ¡sorprendente señor KL27! El solo sonrió.
- Se bienvenido al siglo 32…
- …
- A esta tu nueva casa: las instalaciones de resurrección celular conocida como el “infierno”
- Si… siglo…
- Bienvenido seas… escritor.
¿Qué es lo que paso después de morir? ¿Mueres o revives? Te preguntas tantas cosas antes de morir, tales como estas; en tu lecho de agonía solo te queda eso, preguntar por tu posible destino. Pero nunca imaginarias despertar un día después y ver que estas en un lugar como ese. Lo que queda es pensar ¿Qué fue de mi dolor?
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Nota mundial en periódico:
1 de enero de 2041. Veintinueve años después de las catástrofes que sacudieron el mundo, un nuevo amanecer nos brinda una nueva esperanza de vivir.
Hoy, cientos de años después gracias al descubrimiento de nuevas especias submarinas logramos aprender más del pasado del planeta, las cicatrices de América nos hiso ver la gran cantidad de petróleo escondido debajo de esas ciudades muertas; el mundo como se conocía dejaba de existir y daba paso a una nueva etapa de evolución. Control de cambios climáticos, nuevas curas para enfermedades atroces como el SIDA fueron descubiertas de la noche a la mañana y quizás el mayor cambio de este tiempo: la desaparición de las uñas y la fusión del iris con la pupila humana en algunos; esto llevó al principio a una desastrosa natalidad en los siguientes años pero, al paso de los siguientes, esta condición, era casi en un 98% de los recién nacidos. – El hombre comenzaba a evolucionar nuevamente… la perfección estaba naciendo, una vez más.
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