A veces es un poco difícil olvidarse de ese sentimiento.
La maravillosa nube rosa bajo el cielo, sobre de nosotros;
Entre el circuito de los vientos que la violan con sus poderosas blasfemias.
Y el sonido de las milpas secas chocar entre ellas.
Del cual no conozco su onomatopeya.
Ni su ortografía.
Olvidar las burbujas.
Los ojos dorados que provocaban que mi orgullo sucumbiera.
El viento y las flores de noviembre.
No olvidar y olvidar van de la mano con nuestros sueños consumidos y frustrados.
La nube rosa consumirá los maizales de recuerdos algún día.
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