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jueves, 9 de julio de 2015

AMOROSAS PIRAÑAS. El sueño del pez gato.

 

 

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Paraa Rossy Toledo.

Pues yo te escribiré, yo te haré llorar.
Mi boca besará toda la ternura de tu acuario
-Spinetta- Los libros de la buena memoria -

Ella soñó conmigo, también con peces. Me lo dijo una tarde durante un paseo. Fue muy raro. Todos los sueños son raros. Bueno pues, te cuento. Estábamos en tu casa, en mi sueño era la primera vez que me llevabas. Ella ya conocía mi casa. Me diste un recorrido mientras me dijiste que tus padres se iban a separar. Mis padres se detestan pero no se van a separar, bueno, que yo sepa.
Había peceras, muchas, como en un acuario. No tenemos peces en casa y nunca hemos ido a un acuario. Un cuarto enorme lleno de ellas, con peces multicolores dentro, me dijiste que a tu mamá no le gustan los peces, que por eso se iban a separar.
A mi mamá no le gustan los gatos, los perros grandes ni mi papá, pero nunca me ha dicho nada de los peces. Estabas triste. Casi siempre suelo estar triste. ¿Y qué peces había? ¿Cómo?, No lo se, de todos los tipos supongo, ¿Por qué preguntas eso? No sé, curiosidad. Había de esos chiquitos que son fosforescentes y de esos como peces chinos. ¿Chinos? Si, si esos que parecen tener bigotes como de dragón. A ya, peces gato. No sé, supongo. Si, esos que siempre están al fondo de las peceras inmóviles, como medios muertos comiéndose la suciedad de los otros.
Eso suena muy triste. ¿Porque? Comer los desechos de los otros, eso me suena muy triste. Todos somos un poco así. Lo serás tú. Ríe. Por eso siempre estas triste. Soy un pez gato, está en mi naturaleza. Ya vas a empezar. ¿Empezar qué? Por eso no te cuento. No, sígueme contando. No dije y no insistas. Ella piensa que todo lo convierto en un problema. Anda, te escucho, vez no me puse triste.
Bueno pues, ¿En qué me quede? En los peces chinos. Así, pues había muchos peces pero no les puse mucha atención, me dijiste que se los iban a llevar.
¿A dónde o quién? No sé, ya no me dijiste porque en eso salimos de aquel cuarto y seguías triste y yo también. ¿Tu porque estabas triste? Cómo que porque, pues por lo que te pasaba. No te preocupes, soy como los gatos y siempre caigo de pie o floto. Ya vas de nuevo, ya no te cuento.
Ella piensa que todo lo vuelvo un problema, y tiene razón. Si, que pasa después. No, ahora si ya no. Eso sí me pone triste. Tu siempre estas triste. ¿Qué paso después? Nada, desperté. ¿Enserio? No. Yo siempre estoy triste.

 

Iván Landázuri

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