Si el mar fuera mi patria,
nadaría y nadaría son descansar.
Si las olas con la espuma espesa y blanca fueran mi vida
yo sería un pez rodeado de paz.
Sí, el mar, la paz.
Si el aire fuera mi alegría.
Sería mi mente un cometa perdido sin rumbo alguno
vagando por corrientes frescas sobre de tu cabeza canosa.
Si fuera aire.
Si mis palabras fueran memorias
yo sería el libro perdido en el jardín de un vida corta.
Nunca leído, jamás encontrado, nunca devuelto.
Tus labios serán los dulces que nunca comería,
tus arrugas las marcas que nunca vería,
las palabras mías serían sólo palabras.
Si el mar fuera tu cuerpo
desearía morir entre tus brazos:
rodeado de tus sales y tus espumas, hasta volverme un coral
en tus arrecifes.
Y permanecer ahí jamás irme.
A.L
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