miércoles, 25 de diciembre de 2013
Oxidiana.
Y después qué vas hacer:
A ver, dime de una vez. Pasarán más de cien años,
esa hipocresía que usas en tus letras de lastima
y no te duele.
Duende de cristal, animal de diez cabezas,
vestigio de una vida llena de amor negro.
Mancha de oxido, petróleo de pasión.
No me digas cosas que no vas a cumplir.
Cómo ves, cómo vez, cómo haces sufrir.
No vez que en ocasiones no sé desviar mi mirada a otro lado
y tengo que verte fuera de mi casa, sobre el espino de Caín.
y al fin, después de largas noches negras,
Sueño con nadas para descansar.
Qué vas hacer para borrarte,
Tatuaje de pasión terrenal y purgante.
Maldita lanza de oxidiana, que atraviesas mi pecho
y te vas por entre nubes negras, garras y palabras.
Huma Escarlata.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Para los que murieron y no revivieron.
Para los que se fueron sin despedirse,
sin decir “Adiós”.
Ya me fui.
Me cabe de una vela que ni luz negra fue a dar.
¿Por qué estás viéndome morir?
Cuando deberías estar viendo el mar, o las estrellas.
Con tu ojo único.
Vete antes que me ponga verde y gordo.
Me fui sin ponerle agua las flores.
Eternamente sobre una alfombra escarlata.
Me desaparecí en una onda de choque natural
en el seno de la realidad que me consumía
en una enfermedad de amor que me chupo le sangre y me dejo seco, como tu pupila blanca; como de perro.
Quema mis cosas,
regala las restantes drogas para otro desquiciado esperanzado alguno.
Rompe mis fotografías, mis poemas y mis dibujos.
Deja de sorber sal y acepta que ya me fui.
Ya olvídame, y acepta que no existo.
Se fue la más negra, la más ramera,
la más nefasta, solar y enferma alma.
Se quemo entre tinieblas de tubos y respiradores artificiales.
Se la paso segundos antes llorando de dolor y rabia
sobre camas de miados de antibióticos.
Te debería odiar por inventarme eso de amar.
Debería con mis últimas fuerzas ahorcarte y llevarte a mi hoyo.
Para los que se fueron sin decir “Adiós” y sin:
despedirse.
Atte.
El alma más enferma por sangre casada y enferma de poesía y arrogancia.
No me busques que ya me fui y no volveré.
A.L
miércoles, 20 de noviembre de 2013
No sabes de mí.
Sólo sabes de morir.
No sabes tú la larga y amarga pena que se duerme a mi lado;
no, no sabes. No sabes de cómo sufro,
de cómo lloro.
Sabes de cocinar, de coger y de dormir.
Ay amor, si tan solo supieras
que cada minuto en esta casa es como
estar encerrado en el mármol donde tú estás.
Ay amor, pero no sabes de mí.
No sabes de lo hermético que es el aire
aquí donde yo estoy.
De lo mal que se ven las palomas en el parque,
ni de las vergonzosas escenas de amor
Que circulan por las calles.
No sabes de lo aburrida que me es Yerma sin tus sueños y ronquidos
Sólo sabes de morir y de dormir.
No sabes de los gatos que se duermen conmigo
De las sabanas húmedas de olvido de ti.
No hay más verdad que la verdad que te digo.
No sabes nada de mí amor.
Sólo sabes de como morir.
A.L
martes, 5 de noviembre de 2013
La ciudad fantasma.
Antes vivía en un mundo donde estaba perdido.
Vagaba por calles llenas de calaveras y flores marchitas,
había lugares donde los enfermos se reunían a hablar de sus dolencias eternamente.
Y no había un sólo sorbo de agua por ningún lugar.
Estaba asustado, solo, abandonado y enfermo.
Las piedras rehuían de los ríos por miedo a ahogarse,
las aves se morían congeladas dentro de pinos vestidos de un verde que no parecía natural.
No había nada que fuera cierto. Vivía creyendo que estaba solo.
Perdido, flácido, acuoso.
No sabía de norte porque no sabía por dónde huía el sol.
La muerte mendigaba por los callejones algo de algo
para llevarse a la boca. Estaba casi en hueso.
También, a todas las nueve en punto
una sirena pitaba desde un balcón:
“¿Por qué estoy muerto? ¿por qué estoy solo?”.
Buscaba por entre los hospitales abandonados mis medicinas.
Mas sólo hallaba patentes caducas de oscuras píldoras para la tos.
Pero no venía ella, no quería comerme.
Los tatuajes se me desvanecían.
El hambre se me iba en sólo mirar morir el sol
y después había sólo un inmenso vacío, y las calles negras.
Las violetas negras, las naranjas negras;
Las rosas, los sauces, los baobabs y los tejocotes negros.
En los periódicos había notas rojas
Había palabras de más, mayúsculas de más;
Poemas que nadie leía.
Poemas que nadie escribía;
había basura de más en las calles
pero nada me servía.
Había libros de Rulfo, de Amor y de Neruda quemándose en barricadas
y sus cenizas se iban. Dibujando un listón negro y gris sobre un ya, negro y gris cielo azul.
Había cigarros de canela y cerveza sin alcohol.
Los cafés para poetas estaban vacíos,
Los bares rústicos y vintage sin carteles que mostrar.
Un 2010 sacaba a templar sus tangas esperando un fin de semana que no llegaba.
Había también, otoños de un par de horas
Que vaciaban las paredes de sus carteles de proyección y protesta:
“Adiós mundo cruel”.
“no a la migración de las hormigas”.
“el cieloEs en realidad verde menta”.
Y se acumulaba más basura; y el viento soplaba una vacía y estrella calle
con un hedor medio frio y medio calavérico.
Sonaban las ramas al pasar.
Vivía pues, en una ciudad ajena a la mentira,
Seducida por los vapores de estupor,
entre fuentes de juguete que, a veces
chillaban agua verde hasta colmarme la paciencia.
Prados y prados de alcanfor.
Vivía sometido a nalgadas en creer en una religión que me decía
Que había que orar cada que se metiera el sol.
Vivía muriéndome de SIDA. Solo, en una ciudad fantasma llena de basura vieja
que a medio día se llenaba de pericos que se robaban mi pornografía
y yo, sólo buscaba entre hospitales abandonados mi medicina para tos.
A.L
lunes, 28 de octubre de 2013
viernes, 25 de octubre de 2013
Sobre nubes, vientos y ortografía.
Este día tiene más nubes que rayos de sol sobre el cielo.
Hay más viento mortuorio que otros días ¿Por qué? El sabor del café me sabe más a sangre que a café. Me sabe más a olvido que a desayuno; no sabe a lo que debe de saber.
Tengo dos cicatrices en el cuello. Mordidas de vampiros que pasan acosando a los infantes negros: oscuros; más oscuros que las dos de la mañana; más calientes de un comal, más de todo menos vivos, más locos y despedidos de un sol matinal. Tengo dos mordidas de vampiro en el cuello, una en el lóbulo derecho donde quisieron comerme anoche, una más en un pezón afelpado que al pasar la mano resiente el peso de una soledad fría y estancada en un par de palabras que van y vienen sin cansar. Hoy hay más nubes blancas y medias grises porque es otoño, porque hay viento que pasan en bicicleta repartiendo sonetos de hojas secas y uno que otro animal perdido en sus rayos que giran sin parar. Van. No regresan de donde vinieron, se van y no rebobinan, huyen del fantasma de una primavera tiesa y de un verano tormentoso. Regresan a donde no fueron llamados, pasan por los pórticos de los enamorados, por las calles adoquinadas llenas de pedacería humana y también pasan por las caras de huevo de muchos suicidas de closet que, entre su miedo a ellos mismos se masturban con sus filias a baja presión. También temen de morir y dejar de ser suicidas.
¿Por qué se piensa en viento? Por qué sé ser sombra y no murciélago, ser galleta y no bolillo. Escribir cuesta desde encender la pc, hasta golpear un botón sobre una caja negra que no tiene nada de interesante si no hay errores de ortografía; la ortografía es como una filia que me acosa a veces. Sufro de erecciones de quinceañero al leerme y leer ajenos ensayos y párrafos bien formados. Sentir esa caliente redacción, esa lasciva forma en la que algunos hombres arman palabras tan perfectamente buenas, una “h” antes de un hola, una después siempre de una “a” para un ahora, una sensual coma para aclarar ideas gloriosas y una lujuriosa esdrújula para hacerme eyacular. Vivo en un hoyo de gustos retorcidos, en un ir y venir de placeres que, más que extraños son enfermos en un mundo donde aparte que una “k” gobierna la débil mente de jóvenes es la detonadora de corrupciones y fracasos que nunca se van a acabar. Ayúdenlos.
Seguía con los vientos y las nubes, esos vientos y esas nubes– cómo amo el viento- cómo no adorar una tarde atiforrada de nubes hasta por los ojos: ver nubes, vender nueves, comprar, comer, cagar nubes. Medias grises y medias blancas, una mezcla que parece salida de una pintura fallida por Dios. (cabe aclarar plenamente que todo lo que hace Dios es perfecto, hasta sus errores suman una lista interminable de perfecciones a un nivel que no podemos comprender).Si las veo me relajo, me aterro; siento que estoy en un mundo donde ya no tengo que sufrir más por tomar medicinas que me dan un par de miles de respiros más, a costa de que matan lentamente mi hígado y mis riñones y que me hacen obligarme a veces a meterme dentro un plástico para no soltar ese hedor de zombi en proceso. Muero lentamente, muy, muy lentamente, tanto que cualquier positivista diría hasta romperse la garganta que soy uno de los miles de millones de fatalistas suicidas closeteros con a veces arranques obsesivos compulsivos. No soy fatalista ni mucho menos de closet, soy uno más de los fanáticos del buen escribir y de mirar pasar las nubes y el viento sobre una bicicleta.
A.L
jueves, 17 de octubre de 2013
Si mis palabras fueras tú. Para: Carlos Botello.
Si el mar fuera mi patria,
nadaría y nadaría son descansar.
Si las olas con la espuma espesa y blanca fueran mi vida
yo sería un pez rodeado de paz.
Sí, el mar, la paz.
Si el aire fuera mi alegría.
Sería mi mente un cometa perdido sin rumbo alguno
vagando por corrientes frescas sobre de tu cabeza canosa.
Si fuera aire.
Si mis palabras fueran memorias
yo sería el libro perdido en el jardín de un vida corta.
Nunca leído, jamás encontrado, nunca devuelto.
Tus labios serán los dulces que nunca comería,
tus arrugas las marcas que nunca vería,
las palabras mías serían sólo palabras.
Si el mar fuera tu cuerpo
desearía morir entre tus brazos:
rodeado de tus sales y tus espumas, hasta volverme un coral
en tus arrecifes.
Y permanecer ahí jamás irme.
A.L
miércoles, 9 de octubre de 2013
Amores.
El amor ésta lleno de energías que no sabemos controlar,
hay veces, en que se vuelve solido, áspero, cubico.
Parafrasea un llano intento de parecerse a nuestra realidad,
no puede fingir, no miente. Sólo intenta.
Vaga sobre los humos densos del tabaco a media noche,
se hunde sobre copas. No sabe en donde acaba el límite,
no tiene límite.
Hace hoyos en los que se refugia de las estampidas,
no sufre de edades, ni de épocas.
Continúa el largo y pesado calvario de ser, y no ser:
llora cuando no lo es, sufre cuando es demasiado.
También, no sabe nadar.
Se deja ser atraído por los menjurges de la canela y el mezcal.
Hace baile sobre los almendros, y en las noches de lluvia
serenaen algunas ventanas deja una briza fresca, nada más.
No puede de más.
Asila cardúmenes de idiotas,
les da de comer letras pomposas y rimas mal caligrafiadas.
Intenta lo imposible – como madre abnegada – de hacerles alas.
Pero ellos no saben volar; sueñan.
Cabalgan en gatos por la medianoche buscándolo
desesperadamente, en inhóspitos cuartos
de neón, humos caldosos y flagelantes almas.
Imposible de encontrar, inocuo, inaceptado.
Se lamenta por no tener corazón para quedarse.
El amor abandona cualquier caja de plomo y chocolate.
No sabe de amar a los que lo aman,
putea sin remedio sobre calles húmedas y recién adoquinadas.
Intenta.
El amor es el único sentimiento que no puede consigo mismo:
busca salidas por las ventanas, en sogas, en plomos y navajas.
El amor, por lo cual, ya no es merecedor más
de ningún otro ritual sobre una cama.
Hay veces en las que se duerme por culpa de una resaca;
Excitado por su fiebre de los veinte
Y luego, se hunde en una crisis por los cuarenta.
El amor no tiene rosa pastel por ningún lado.
Se viste de negro para batirse entre las sombras
Anda por pabellones con espada de oro y a veces de plata.
No quiere pelear, sólo mata.
A.L
martes, 24 de septiembre de 2013
Pensar.
Pienso en seco, directamente salido del unicornio.
Cuando me baño:
en Poncho y en música.
Y cando llueve:
me pongo tan triste que pienso en sal.
A.L
domingo, 22 de septiembre de 2013
De visita en una librería.
Por capricho o ira, el destino me ha traído a tu tienda más de dos veces.
La primera es por una serie de libros de temática católica: Ciudad de dios de San Agustín, Suma teológica de Santo Tomas y uno más que olvide su nombre. La segunda. No menos importante – o estúpida que la primera- es un favor que yo mismo me ofrecí a llevar acabó; saber qué clase de libro es el que se regala para cuando eres elegido “padrino” para una boda. Puesto que no se especifica, supongo que debe ser una biblia o, quizás por mala suerte mía, uno de esos extravagantes títulos que no logro hallar aquí.
Eso me lleva a la tercera y última de las razones. Probablemente sea la más real; y que convierte a las otras dos primeras en no más que simples mentiras llanas.
Pues bien, la razón es que me enteré que trabajabas aquí y quise venir a verte, saber de ti. Qué h pasado, qué has vivido, si has comido lo suficiente o si has llorado alguna vez. Inmiscuirme en tu vida, darte chanse de entrar en la mía, construir eso lazos que no pudimos hace más de cuatro años por una u otra razón que quizás sé, pero que no puedo o simplemente no se me da la gana entender.
He aquí, la razón por la cual sin previo aviso o sin ser esta de lo más lógica o correcta – mas tú sabes que muchas veces el amor no es como puede o debe ser- me presento presentó a tu librería.
A.L
lunes, 26 de agosto de 2013
Sin titulo.
Quiere como si no me quisieras.
Quiere con golpes que me hagan llorar,
ahógame en una tina de agua caliente.
Mátame.
Toma mis rodillas y bésalas también,
haz huevos con jamón; limpia.
Plancha las camisas donde mis polillas duermen.
Dame aire para un día más.
Llora conmigo, hazme reír; canta.
Dame agua con: “Onírica efervescente”
Y quiere como nunca lo has podido hacer.
A.L
lunes, 12 de agosto de 2013
Blood.
… Y le seguí exprimiendo hasta que dejará de salir sangre.
Luego, como vampiro de escuela pública; re lamí la herida suavemente y saboreé que, como después de tantas y tantas pastillas azules y amarillas. Mi sangre sigue teniendo el mismo sabor.
A.L
martes, 6 de agosto de 2013
Hace mucho.
Hace mucho que no escribo lo que quiero,
porque temo que la gente lo teche de malo, obsceno y sin sentido.
Maquillo y por qué no, a veces con recelo
trato de armar frases gustosas para los demás.
El escritor de ellos. Perfecto.
Pero estas son para mías, para mí.
Mis letras; para mis ojos, mis oídos y mi nariz.
Soy de pluma de las dos de la mañana.
Que no usas rimas o palabras rimbombantes.
Ni que espera que el cielo llore sangre con los versos
lejanos de parecerse a escritores famosos
que jamás he leído.
Son mías, para mí.
Pésimo escritor.
A.L
sábado, 6 de julio de 2013
Para reparase uno mismo.
Busca el problema maestro siguiendo las gotas de sangre que no bombea bien el corazón.
Llegarás a las arterías y podrás notar que están obstruidas por cartas secretas y un poco de colesterol.
Sigue el camino hacia abajo y llegaras al estomago;
dónde tendrás que ver si no hay Lepidópteras irrigando de su baba con formol.
Matar, fumigar hasta eliminar la especie.
Más abajo tendrás que diseccionar el hígado para poderlo inspeccionar:
Tiene que filtrar las malas penas, los sueños rotos
y eliminar por completo las toxinas de eso del mal entender.
Sabrás que si todo está en orden debes de subir.
Ahí donde el motor de lógica concibe la razón.
Debes sacudirlo varias veces y reconectar una a una las ligas de alta tención.
Bajaras entonces de nuevo al corazón y te darás cuenta que es ahí donde esta la causa mayor.
Mas sólo queda en él darle dos litros de realidad espesa
y un cambio de bielas para que ande mejor.
Cámbiate los bulbos una vez al mes,
esas bujías de antaño se deben de reponer.
Y cada vez que tengas tiempo:
contempla tu GPS,
y revisa con alta precisión,
porque caminos no debes de volver a cruzar con el corazón.
A.L
jueves, 4 de julio de 2013
La cura
Tengo algo para dolerte:
Para sacarte eso del vientre.
Tengo una discriminante pastilla;
que funge como la puta que conociste hace tres días.
Viene envuelta en placebo verde,
y tiene el sabor a las mil noches que pasaste solo.
Tengo debajo de la falda:
un virginal placer multicolor,
un reboso rojo que me ciega la lascivia.
y el fermentado olor a amor.
Una puta; una puta maravilla.
Más que un penoso y mitómano milagro; un fraudulento dolor.
Nubes rosas; cosquillas de manos que mías no son,
sabor anís, a chocolate y perdición.
Tengo en una pastilla:
Cinco mil cuatrocientas sesenta y tres palabras que no van a ver el sol.
Y que pasan por la garganta y el diafragma de tus pupilas
como el Dios que refracta la luz.
Una paleta, un condón, una bolsa de pelos de gato.
Un cable de estambre rojo conectado a tu corazón,
que a toques de alta tención motoriza las decenas de Fragatas
Que se escapan. La libertad.
…Imaginación…
A.L
sábado, 22 de junio de 2013
Sobre juventudes y agua.
Así cómo el agua;
La juventud también se va por los drenajes.
Se escurre por entre las piedras de los caminos recorridos,
se pierde bajo tierra y se evapora con el sol.
No sirve más que para calmar la sed de algunos.
Para limpiar impurezas de rostros que se volverán a manchar.
Para ahogar malos recuerdos, y mojar la cama de algunos más.
Se va con el viento por ahí a pasear.
Hace que se escondan los cobardes,
y a los que viven de ella los hace bailar.
Pasa por entre las pieles, jugando con muslos que no volverán a besar.
Y también se va sin rumbo conocido:
De boca en boca hasta acabar.
Saliva, sudor y sal.
Sí. La juventud se va como el agua por las manos de todos.
Y se hunde bajo los cerros, para vibrar árboles de recuerdos.
Donde podremos algún día descansar.
A.F
viernes, 14 de junio de 2013
Para perder la libertad.
La ola de luz divinamente abrasante que viole mi alma,
que calcine mi sombra y mi soledad.
El romero para mi escudo, la albahaca de mi ventana.
La ruda para calmar mi pecho y el “quiebra plato”
desde mi pie hasta donde muere el último cabello.
Sé también las horas muertas y calladas;
la almohada húmeda y cálida para morir en las noches.
-“Bésame con tus palabras”-.
Cómeme con los dedos y mastícame hasta hacerme tan pequeño que termine en cada parte de ti.
Úsame, transmútame, fíltrame y despójame de mi libertad;
sé el ninja que robe mis muslos, mis pies, mis manos y mi pecho de lechuza.
Mátame con una saeta hervida en tu seno.
Y en la eterna e inmensa oscuridad:
No sueltes mi mano al caminar por Ades.
A.L
sábado, 8 de junio de 2013
Para huir del mundo.
Dentro del último mundo dónde estás.
Están esas serpientes emplumadas que te persiguen noche tras noche;
robándote a mordidas las manzanas que adán te regalo.
Y te persigue una sombra; se diluye a través los lagos
y te roba camino.
Y el cordero se burla a carcajadas;
y la diáfana fuente niega su saciable agua a tu temblorosa boca.
Se te acaba el tiempo. No hay retorno en la meseta.
Y las calaveras dentellean tus pies inflamados.
No puedo hacer ya nada por ti;
Tú eres el único que tiene la llave del motor para huir del oscuro.
sábado, 1 de junio de 2013
Cuando no hay diferencia.
Cuando ya no hay diferencia entre el cielo y la tierra,
las alas del reactor voraz.
Las cordilleras perdidas arriba y abajo.
La desesperación de no caminar ni flotar.
No hay.
No habrá.
Ni existe ni existirá.
Mas no arriba, más abajo,
donde escaldado por lágrimas cortaras verduras negras.
Mas no abajo; arriba.
Tu vagina sacaras a orear.
Lagrimal menstruoso desbordará su ira en el arrabal.
Llora entonces, con o sin vagina para murmurar:
“Donde pisas hoy y siempre”.
Siempre será igual.
A.L
martes, 28 de mayo de 2013
De lo que esta hecho un hombre. Recuerdos.
Mientras caminaba hacia casa con mi madre; por la calle ya oscura me puse a preguntarle un par de cosas que sonaron un poco extrañas. Quizás porque ella no supo que responder o porque la respuesta era una negativa.
Después de eso me puse yo a analizar lo que pregunte y al no encontrar una respuesta grata decidí redactarlo para no olvidarlo, o al menos para tratar de organizarlo mejor ¿Qué es la felicidad? A un hombre de cierta edad ¿Qué le hace feliz? Se me vinieron muchas cosas: el sexo, el dinero, el poder, la fantasía. Pero luego recordé una cosa; recordé que la razón por la que caminábamos a esa hora era por querer ver a mi tío, al cual no pudimos ver y mejor nos regresamos; ahí fue donde pregunte a mi madre si acaso ella sabía si él era feliz y que era lo que lo hacía serlo. Vivir más de cincuenta años fingiendo alguien que no es, teniendo una vida dentro de una habitación; olvidado, lleno de polvo entre cajas de viejos casetes y películas pornográficas de los 90´s. Y recordé la única cosa que le hace feliz a un hombre viejo: son los recuerdos. Las viejas y amarillas fotos donde aquel cuerpo sin arrugas resplandecía de juventud y que aun sobre capas de polvo y lagrimas evaporadas podía apreciarse la sonrisa de aquella joven, las carcajadas de esos muchacos, el brillo en los ojos de cada rostro, de cada escena, de cada recuerdo.
El hombre vive para eso, come de eso, se calza día tras día de ellos; los va recogiendo en cada esquina donde dobla, en cada lagrima que deja muerta en su palma; incluso si es muy afortunado: en cada piedra de arrojo contra un enorme charco de agua formado por aquellas lluvias de su niñez donde que importaba nada, sólo disfrutar, vivir, reír y lanzar piedras a los charcos para después ver como las luciérnagas cubrían los arbustos en el arroyo y creer que eran seres mágicos.
A los cincuenta y tantos años de mi tío homosexual, que reprime sus dolores el solo en un cuarto y a mí; a mis veinticinco años, a mi estado vital de salud que es mi amante perpetuo y el tercer punto en mi triangulo de amor con la soledad, los recuerdos compañeros míos les juro por mi manos y mis labios que los recuerdos vivirán más que su joven y promiscua piel.
A.L
sábado, 25 de mayo de 2013
La Luna I
Cuando quieras verme y yo ya no este.
Busca la luna; ella es la casa donde estaré.
Cuando te sientas triste y con ganas de llorar;
también busca a luna:
y sacúdete las pupilas rojas sobre de sus cráteres.
Sobre dunas blancas; brillantes espejos.
Cierra los parpados e imagina que viajas en un mini Cooper azul.
entre nubes negras y rasgadas del marino tul.
Busca la luna tallada en charcos de agua
para cuando no sepas que cenar.
Y cuando quieras vivir conmigo.
compañero, la luna te guiara a mi hogar.
A.L
viernes, 10 de mayo de 2013
Sistema eléctrico del corazón.
A mi Madre.
Para las horas en las que me tuviste acurrucado,
para los días, los meces y los años
en lo que sólo podías quererme.
- Gracias-.
Para los besos inesperados y no tangibles.
Para la hoguera de amor que nunca se extingo.
- Gracias-.
Para las noches y las mañanas amamantando mi alma.
Para las lágrimas de diamante y las carisias nunca forzadas.
Para todo el pasado, el interminable presente y el lejano futuro:
- Gracias por existir y alumbrar con tu haz de luz
el sistema eléctrico de mi corazón-.
A.L
miércoles, 1 de mayo de 2013
Una tarde más.
Para comenzar tratare de explicar brevemente de lo que narran estas palabras.
¿En alguna ocasión se han preguntado cosas quizás respuestas no logran encontrar tras tres horas en un bar? Preguntas de las cuales llegas a creer que no hay un posible respuesta – o quizás, real-. Es en ese preciso momento en el cual se desarrolla esta narración: en el buscar respuestas de preguntas tan simples y a la vez tan complejas para un cierto tipo de persona. No estoy hablando solo de ti o de mí; hablo de las personas en general, de todos nosotros en el punto exacto en el que nos preguntamos ¿Qué es lo que voy hacer ahora?
Leer o ver televisión; escribir o dormir en una tarde calurosa. No hacer nada es hacer algo – porque por eso se define el término a la nada; porque es parte de algo-. Así me dispuse a buscar ese que hacer en mi mente: pensé en salir a tomar un café o, ir más tarde por un trago. Cruzo por mi mente el hecho de salir y capturar la tarde con mi Cannon para dejarla olvidada en la carpeta correspondiente al día, en la carpeta de fotografías de menú raíz. Agradezco esa indecisión que me caracteriza siempre pues, la tarde estaba tan sínicamente olvidada de inspiración que hubiera sido un estorbo cargar la cámara que no iba usar.
Así que camine; convertí el mundo que me rodeaba en una escena a mi placer: oyendo lo que quería oír, viendo lo que quería ver; sintiendo lo que mis manos querían sentir en el momento en el que ellas quisieran. Y comencé a desenmarañar la media espesa que envolvía mi mente en ese poco atractivo atardecer.
Me llene de los textos que yo quería, a mi mente llegaron hermosas y monstruosas palabras filosóficas que por las cuales me arrepiento el no haber llevado algo donde escribirlas. Quizás su destino era el nunca llegar a ser oídas por alguien más que no fuera yo. Fueron esas frases e amor, de reflexión, de banalidades tan comunes que se disolvieron en el fresco viento de las siete de la tarde. Soñé mientras caminaba, mientras cantaba y vagabundeaba por el cielo gris. Pensé entonces ¿Qué era lo que necesitaba hacer? Que miedos eran los que no me permitían moverme en aquel cuarto el cual muchas veces repique que era el lugar donde quería morir.
Y llegue a una conclusión que más que obvia era infinitamente simple; pero que en algunos casos es invisible. Es ir a done quieras, hacer lo que puedas, comer, beber, amar, sentir y remendar lo que puedas, es andar y en muchos casos, sentarse a descansar; es comenzar a sentir que el no hacer es parte de hacer algo y que todo en algún momento tiene su razón de ser.
lunes, 29 de abril de 2013
Insolente y promiscuo.
Antes de acostarme contigo me acosté con tu hermano.
Me acosté con tu padre y con tu primo también.
Hice pasteles hipócritas con tu madre mientras dormías
y artefactos de papel con tu vecino en ropa interior.
Manuel – tu mejor amigo- y yo, bebimos hasta amanecer;
nos mojamos de nuestras pieles y matamos los ajolotes
de doña Ester.
Fuimos malos: tu hermana mayor y yo.
Esculcamos tus cosas la noche pasada
y cómodamente en tu cama
nos burlamos de tu parte inferior.
También me comí las rosas que me regalas;
fui arrogante y mentiroso al decir que no mentía.
Devore mi propia vida y me consumí.
A.L.
martes, 23 de abril de 2013
Ven conmigo.
No hay tiempo suficiente ya.
Si no corres hacia mí el tiempo mismo te consumirá,
los recuerdos se volverán hojas de papel amarillentos
y tu risible memoria los quemara en una hoguera fuera de tu casa.
Ven, no dudes más.
Aquí hay aire extra para ti y para mí. Y un par de rosas más.
- Aquí hay espacio suficiente para que puedas volar-.
Las noches no son oscuras; son grises y azul marinas.
Estrelladas y con un delicado ruido gaussiano que sólo se percibe desde el pórtico de mi casa, justo al entrar a mi habitación.
Donde hay también afuera, aun costado: una silla de de madera.
- Sólo para dos-.
Corre antes de que el fin del día se consuma la llama de la vela de tu alma y seas tragado por la distinción de la lechuza.
Deja de asechar a Tlatlauhaqui y ven conmigo.
AL.
domingo, 14 de abril de 2013
Conjugar el verbo saber.
Sé a más de lo que te imaginas:
Sé a sal y sé a animal;
sé a vegetal, a tubérculo y cereal.
A luna y a cal.
Sé gramática y sé repasar.
Olvidar y a las noches diseccionar.
Sé a alcohol etílico y éter.
A carne fresca y presa sonriente.
Sé a muerte y a resurrección;
a paz, a tranquilidad y serenidad.
Y sin llegar a más halagos propios:
Sé a libertad y amor.
AL.
miércoles, 10 de abril de 2013
Nada. I
Quisiera ser nada para no sentir.
Ser “No”.
Ser “Nunca”.
Ser “Se acabo”.
Quisiera ser materia inerte, madera seca
tierra o grava – ser de cero a cuatro milímetros-.
Éter que se expande y que no existe.
Ser materia oscura.
Aire; quimera de un no existir.
Quisiera atravesar ese agujero negro hacia otra dimensión y desparecer.
AL
martes, 9 de abril de 2013
Cuentos maravillosos. I “Sin magia”.
... y se dio cuenta que esa pesadilla se había vuelto realidad.
Sin magia, galopo por el valle empolvado en blanca nieve,
sin su estola de cristal para abrazar el crin.
Escudriñaba desesperadamente las madrigueras de los zorros,los surcos helados donde los conejos se ocultaban del frío.
No estaba; se perdió en un sueño.
…Lastimado de los cascos se derrumbo sobre las raíces de un árbol casi muerto.
Lloro diamantes mientras se perdía en la áspera realidad que lo inundaba:
Perdió su cuerno en la pesadilla de Ikelos.
lunes, 8 de abril de 2013
Se Llama Román
Mi padre se llama Román
y tenemos la misma sonrisa;
al parecer los mismos ojos
y de cierta forma el mismo carisma…
El es gordo por causa del alcohol en su dieta.
Yo, por mi parte delgado por el medicamento.
Al parecer herede sus labios grandes y pomposos
pues mi madre no se cansaba de decir que besaba como Ángel.
Era mi padre, Román.
que después de 25 años me entere que no es más
que un espejo de un futuro lejano el cual
podré tener.
No compartimos afinidades,
no sabemos ni si quiera nuestra edad,
sólo tenemos por ende que la sangre por analogía
es la misma que nos corre a los dos.
Se llama Román, no se exactamente quien sea
o si me llamara.
Sólo puedo asegurar que tenemos la misma sonrisa cautivadora.
AL
domingo, 7 de abril de 2013
En la casa del cienpies.
En la casa del cienpies hay un sólo par de zapatos negros,
Con esos sale a festejar cumpleaños y funerales, homenajes y bautizos.
Hay una larga cama donde la cabezera está hecha de con laurel,
Y tendida en el colchón esta la cobija que la tía soltera le tejió.
En el altísimo espejo del tocador hay un cajón con cincuenta corta uñas,
Y cincuenta limas.
Hay un reloj de pulso que siempre coloca en el vigésimo cuarto lugar;
Por eso al cienpies siempre se le hace tarde a la hora de trabajar.
En la casa del cienpies hay espacio para guardar tus maletas
Si algún día renuncias a la vida que tienes ahora,
Porque tiene un ropero tan grande que hasta le caben cien camisas y cien tenis también.
En la casa del cienpies hay un letrero en su puerta que dice:
“aquí se hacen suéteres para cobijar la vejez”.
AL
jueves, 4 de abril de 2013
Nuevo.
Carlos tomo del mueble de madera al lado de su cama, las llaves de para la puerta de su casa y salió; iba caminando, a paso tranquilo, pero con el corazón tan al borde de la emoción que pareciera como si fuera un motor de una nave espacial. Estaba feliz, era evidente:
Las nueves corrían lentamente para el dibujando su nombre
en la estela que dejaba en el cielo color hueso; eso parecía.
Las ramas de los árboles, las hojas verdes y las hojas marchitas.
Reverdecían y morían para él.
Y el cemento de la calle saca su mejor brillo para sus pasos esta vez.
Que importaba algo:
- Todo-.
Que era todo:
- El mundo-.
Y el cielo regalo una fresca lluvia para celebrar el ingente día.
La tierra húmeda, la vida hirviendo en los abrazos y en los besos,brotando, en plena ebullición. La vida no está a acabada.
Sólo comienza en cada nuevo respirar.
AL.
lunes, 1 de abril de 2013
Un día sin final.
En el último día de mi vida:
Quiero amanecer contigo.
Correr los pastos negros y verdosos de tus muslos;
saborear sus frutos y derretirme en tus lagos de lascivia pura .
Quiero también, sacudir el bello de tus axilas
y hacer el amor con tus pezones sonrojados;
verter en ti mil gotas de bendita saliva.
Quiero en fin del día contigo.
El fin de la noche entre tus brazos.
El ultimo día de mi vida:
quiero rendirme sobre tu pecho osado.
Diluirme, camuflajeaarme
ser agua, ser fuego,
la candela de tus ojos que se muere y vuelve a revivir en cada parpadear.
Quiero despedazarme entre tus labios;
deshacerme, y concebir la gloria.
Sobre ti.
El ultimo día de mi vida
quiero que sea con tú último suspiro del alma
para así morir contemplando el camino hacia Dios.
A.L.
jueves, 28 de marzo de 2013
La luna
La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas
JS.
lunes, 25 de marzo de 2013
Letanía de mis defectos -Pita Amor
jueves, 21 de marzo de 2013
León Mecánico. Excusas.
La respuesta a una pregunta que el león nunca se atrevió a preguntar mientras masticaba un anillo hecho con los hilos de su melena:
- Nunca fueron necesarias tantas cosas.
(Tararear).
“… Tarararara... tarara… Tarararara... tarara”
Me mantuviste secuestrado en un castillo justo en la punta del risco.
Las ventanas cerradas con hierro forjado de tu garganta
Las trancas que forjaste de acero, los candados y las llaves de un espeso plomo.
- Me diste agua del manantial de los cisnes negros en una copa de oro de tu propio ser; con el afán de que aprendiera a identificar tu sabor.
La plata que sirvió de cadena para atar mi pie a tu pata: brillante, dúctil, maleable y blanda. Masticada por las hormigas que querían ser como tú.
El cobre que para adornar la cama, el algodón y el oro que fusionaste para hacer la manta sobre el colchón de luciérnagas muertas.
- Las uvas, el vino. las extensas mesas plagadas de manjares robados al reino de la lujuria sólo fueron una estela de mentira que tendiste para que no saliera huyendo de tu ceno-motor.
No fueron necesarias. – Te juro que nunca fueron necesarias-.
Tus ojos de rubí eran más que suficientes para apaciguar el hambre, la sed, el aliento que se me iba en las tardes cuando salías a casar trilobites y claro está: el miedo.
(Tararear).
“… Tarararara... tarara… Tarararara... tarara”
Ronroneabas cuando me escuchabas tararearte;
No juegues conmigo a que no lo sabes;
o que por oxidado no sirves.
Tienes dentro de tu pecho un corazón tan blando como la herida que me hice al llegar aquí.
Deja de mirarme como si quisieras asesinarme con las dagas que escondes en las pantorrillas; el color de tu mirada por más severa que sea es un plácido placebo para sanarme. Aun espero morir contigo en una llamarada de sueño;
- Y tararearte hasta el final de nuestra existencia.
Para Carlos.
jueves, 14 de febrero de 2013
El cuarto ángel. 1
Explosión.
La virginidad se contrae y envejece en un solo día.
La carne se vuelve negra y verde, con grumos y amarillenta.
Se pudre.
Los labios secos se desboronan como castillos de arena;
la boca sólo escupe tierra primitiva.
Ya no existen las palabras de amor. Jamás habrá salvación ni consuelo.
El infierno cobro vida y el cielo negó sus puertas de cristal.
¿Dónde se escurrió la esperanza?
¿Dónde quedaron los días en los que tenías colmillos para devorar el mundo?
Ya no existe el día; la noche lo consumió todo en un hambre desmedida.
Sólo las cenizas sobraron por un instante,
queriendo revivir con su fingido vestido de fénix.
- La estúpida se puso una tramoya de flores-.
No hay más caminos que puedas recorrer mientras no te quites la lanza de oro que el cuarto ángel te clavo al final del amanecer.
- También te amo-…
sábado, 19 de enero de 2013
Cómo los sueños desgastan hasta las articulaciones.
Necesitar desahogarte fuera de mí.
La última vez que mire tus ojos fue en un sueño maravilloso,
Vestías…- no lo recuerdo-.
Dijiste cosas que sólo yo podía entender; que eran para mí.
Rompiste la pecera dónde se ocultaba el corazón.
Y dejaste que se hundiera en su propia sangre;
- No te vayas-. Lo último que soñé.
Nunca dejaste mi mente por todos estos años; paseabas desnudo bailando con una antorcha de fuego:
Quemabas mis pupilas con la Quimera que escupías de tu boca que jamás besé.
No volviste, de debilitaste en el mundo lógico y real; te convertiste en el deseo de medio día.
Tratar de amarte no fue difícil.
- Intentar olvidarte fue el espolón de acero que nunca logre limar-.
No sé que duele más:
Aceptar que estás más lejos de lo que imaginé
O saber que moriré sin besarte si quiera una sola vez.
“Ya no puedo dedicarte nada ahora que se que estás ahí”